2- Un encuentro sorpresivo

1732 Words
Capítulo 2 Un encuentro sorpresivo Aurora Estuve encerrada en ese lugar observando a Mauricio, cuando me percaté del sitio en el que me encontraba, dentro de una morgue, entonces lo seguí observando para luego salir, el lugar estaba tan frío que mi nariz comenzó a quedarse rojiza. necesito saber quien ha corrido con todos los gastos, yo tengo ahorrado algo de dinero, eso ayudará, no necesito más deudas, ignoré a los guardias y enfermeras, solo llamé a Isa, quien fue junto a mí, llegó cargando a Mauri, lo tomé en mis brazos y lloré a mares. —Hermana, lo lamento muchísimo… En verdad, jamás pensé que algo así sucedería… —Prefiero no responder, él ya no volvería, esa era la única realidad. —Puedes cargarlo por favor, yo debo ver los papeles para lo que siga, — ¿Cómo pude ir a firmar los documentos y al mismo tiempo pensar en despedirlo para siempre?, no lo sé… Pero es lo que debía hacer. —Disculpe, señora, un beneficio en el hospital es hacernos cargo del velorio y todo lo concerniente, contaban con ese seguro. —A Mauricio le encantaba ser libre, había venido hasta aquí buscando tranquilidad, su español nunca ha sido muy bueno, pero sé que adora la naturaleza, me tranquilice un poco al saber lo del seguro, aun asi, aquello me resultaba más difícil cada vez. —Eso es muy conveniente, se lo agradezco. —Respondí apenas, por un instante imaginé que algún familiar suyo había llegado, tal cosa no sucedió, éramos tan solo cinco personas en su funeral, él trabajaba como diseñador gráfico para una empresa extranjera, por ello no tenía compañeros de trabajo, mi hermana, su esposo, mi pequeño Mauri y yo, fuimos los únicos presentes, más un par de vecinos, todo fue muy rápido, esas ganas de retroceder el tiempo no desaparecen de mis pensamientos, tal vez si él no hubiese salido y tan solo se quedaba en la casa, nada de esto sucedería, ahora estaríamos bebiendo café en la sala, la cual pintamos juntos. El tiempo transcurrió rápido, algo inusual a lo que acostumbraba, a veces seguía despertando con ganas de verlo, aunque sé a la perfección de que tal cosa no es más que un simple sueño. No podía simplemente darme ni un solo día de tiempo para “asimilar” mi actual situación de soledad, cuando supimos de mi embarazo, Mauricio y yo decidimos mudarnos, usé mis ahorros para comprar unos muebles, y lo ayudaba con los diseños publicitarios, ahora debo acomodar mi horario, porque Isa no podrá cuidar a Mauri por más de una semana, no conozco a nadie, y el dinero no dudaría siempre—Buenos días, estoy aquí para una entrevista de trabajo. —La secretaria del edificio me recibe con amabilidad, si consigo un empleo normal, entonces podré cubrir los gastos de la casa sin problema alguno. —Adelante. —Un hombre es quien está detrás del escritorio, todo marchaba a la perfección, o al menos eso pensé hasta que mencioné la existencia de mi bebé. —Lo lamento, señora, pero necesitamos a personas que no tengan compromisos como son los niños, normalmente realizamos viajes de varios días, además usted es madre soltera, lo lamento, espero que consiga algo que la ayude. —Se lo agradezco. —Fueron mis únicas palabras, en esta entrevista y en las siguientes veinte o más, a las que fui sin éxito alguno en los siguientes cinco meses. —Aurora, ya transcurrió casi medio año desde la muerte de mi cuñado, y tú sigues haciendo cualquier tipo de trabajo, debes buscar algo estable, de lo contrario las cosas se complicarán para ti. —Suspiro profundamente al escucharla, soy consciente de ello, pero no puedo dejar solo a Mauri por tanto tiempo. —Isa, lo he intentado, pero con lo que quieren cobrarme por cuidarlo me sobraría menos dinero que ahora, además en las guarderías no alcanzaría a llegar, por el tráfico terrible. —Mi hermana es una mujer dulce y generosa, pero su esposo la restringe demasiado, no quiero ocasionar problemas en su matrimonio, por eso no le pido favores con respecto a mi bebé. —Aurora, me encantaría apoyarte, pero ya conoces mi condición, —Sonrió ante su propuesta —Estaré bien, siempre consigo salir adelante, ya me conoces. —Con estas palabras la despido, regreso junto a mi pequeño. Quien dormía en su cuna. «De nuevo esas personas solicitando el p**o de las cuotas…» Pensé mientras veía los papeles en donde me exigen el p**o por el préstamo para la oficina que comenzó a construir Mauricio, él dijo que una herencia lo ayudaría, pero no llegamos a ese punto, apenas pude cubrir un poco, no era suficiente ni lo sería aunque trabajase las veinticuatro horas del dia. «A este ritmo se quedarán con la casa, y aun así quedaría un gran saldo por cancelar». «Pondré en venta la casa, lo lamento amor… No puedo quedarme con nuestro sueño hecho realidad, este pequeño hogar…» Cuando me dispongo a beber una taza de café con leche, el timbre de la puerta suena, voy a ver de quién se trata, observo por el pequeño orificio en la puerta, no reconozco al hombre alto vestido con un traje n***o del otro lado, además son casi a las ocho de la noche. —¿Qué desea señor?. —Pregunto detrás de la puerta. —Me urge hablar con Aurora Barnes, no tengo mucho tiempo, sé que es usted. —Su voz gruesa y extremadamente tosca, me hacen sentir temor. —Lo lamento, pero si desea conversar, entonces debe venir en un horario apropiado, decidiremos dependiendo de mi tiempo también… ¿Señor?. —Puedo notar el enfado del hombre, siento curiosidad por saber quien es, y qué busca, pero no me arriesgaré, . — Si es uno de los cobradores del banco, ya les dije que ahora no puedo realizar ni un solo p**o, pero pronto los contactaré para solucionar ese caso en particular. —Vengo a hablar sobre Mauricio, supe de su muerte, y necesito conversar con usted. —Mi corazón se acelera de inmediato… «¿Es tal vez un amigo suyo?» «Y viene a estas horas… No comprendo…» Pensé en demasiadas posibilidades . «Bien, hablaré con él. » Tomo unas tijeras y las sostengo detrás de mi cuerpo, cuando abro la puerta finalmente puedo verlo con detenimiento, es un hombre con un aroma tan exquisito, jamás había percibido tal aroma. «Es un buen perfume» —Pensé, este hombre tiene un parecido a alguien a quien conozco, pero eso sería imposible, su sola presencia denota dinero, sus ojos de color verde oscuro acentuaban esa presencia poderosa que emanaba con su sola presencia —Si conoce, bueno, si conoció a Mauricio, entonces es bien recibido aquí, disculpe mi forma de vestir, no esperaba visitas. — Recogí mi cabello en una coleta, llegué de haber limpiado, tomé una ducha y me vestí con unos pantalones holgados y una blusa. —Bien, seré breve, puesto que vine yo mismo hasta aquí a fin de constatar lo sucedido con el. ¿De verdad no sabe quién soy?, ¿Ni si le mencionó mi nombre?, soy Javier. —Lo observo dubitativa, jamás había oído tal nombre. —No lo mencionó. ¿Es acaso un cliente suyo?, porque cancelé todos sus trabajos pendientes luego de… —Me detengo y desvío el tema. — Nuevamente, me disculpo si no le avisé… —El hombre buza molesto. «Es demasiado extraño» —Pienso. —Bien, si usted prefiere hablar como si no supiera nada, entonces iré directo al grano, soy Javier, el hermano mayor de Mauricio, ambos somos hijos de la familia Monchbacher Salvochz, mi tonto hermano se fue sin decir a donde hace casi dos años, y ahora vengo porque supe de la existencia de un hijo aparentemente suyo, porque tampoco supo siquiera salvar su propia vida. —Aquellas palabras fueron demasiado crueles, además de repentinas, este hombre tenía un acento similar al de Mauricio, él no era de mi país, jamás vivió aquí en Paraguay. —¿Su hermano?, él dijo que no tenía familia, por favor, agradecería que se retirara de aquí. —El hombre se acerca a mí, queda a unos escasos centímetros, estoy a punto de usar las tijeras como método de defensa. — Mejor váyase, y déjeme en paz, quien quiera que sea usted, llamaré a la policía si insiste. —Usted debe venir conmigo, no utilizo mi tiempo y lo desperdicio porque sí nada más, he dejado demasiados pendientes para llegar hasta aquí. —Sostiene mis brazos, y logra que suelte aquella tijera. — Sé todo de usted, conozco su desesperación debido a las deudas. No se imagina la tristeza en la cual se encuentra mi madre a causa de lo sucedido, ella no deja de culparse por haber dejado ir a su hijo menor, por eso o viene conmigo, o me llevo al niño, no será difícil para mí alegar su imposibilidad de brindarle una vida apropiada dada sus condiciones, si acepta, entonces por al menos un tiempo debemos casarnos, los detalles los sabrá cuando sea necesario, tengo prisa. «¿Quién es este hombre?, Mauricio jamás lo ha mencionado, tampoco mencionó a alguien capaz de ser tan cruel hablando» —Usted no puede llevarse a mi hijo. —Intento zafarme de su agarre, pero él se aleja con calma. — Además, su propuesta es ridícula y absurda. La madre a quien menciona, imagino es la mujer quien lo ha intentado manipular siempre que pudo, por eso él vino a este país. ¿Casarme con usted?, está completamente loco, además si no tiene pruebas de lo que dice, es obvia la mentira. —Puedo hacerlo, le daré hasta mañana al mediodía, si lo desea puede venir, o me da al niño a cambio de una generosa suma de dinero, usted pondrá el monto, créame que de no tratarse de una situación extrema, no estaría aquí. —El hombre suspira, y por primera vez en toda la conversación, su tono se vuelve tranquilo y hasta algo melancólico. — No le estoy mintiendo, de acuerdo volveré con las pruebas, y con un juez, tendrá unos pocos minutos antes de tomar la decisión correcta. —Se marcha dejando aquel aroma en mi casa. «Si sus palabras son verdaderas, y no quiero perder a Mauri… ¿Me obligará a ser su esposa?»
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