Alek Jodida Ariana. Ella y sus labios que me volvían loco, al igual que sus ojos, su cuerpo, sus gemidos donde mi nombre estaba enlazado… Esta mujer me había hecho algo, nunca me había sentido así, habían pasado muchos años desde que había estado tan tranquilo y satisfecho. Tener a la desnuda, excitada y hermosa mujer en mis brazos, sólo me había hecho perder el control. Habíamos tenido sexo brusco y completamente caliente, no pude retenerme; la quería, la necesitaba e iba a conseguirla. Esta mujer era mía, el bebé que crecía en ella era mío, ella quería intentarlo conmigo y yo con ella; nos estábamos dando una oportunidad. Y no había nada en mis planes para joder eso. De ninguna manera. Tú no dañas cosas que valen la pena, las cuidas; cuando encuentras diamante los cuidas, eso pre
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