Llegué al lugar donde trabajaba. Sasha se alegró mucho de verme y me pregunto si me encontraba mejor. Es cierto que me había pedido la excedencia y eso me alegró. Sasha me dio un formulario que debía rellenar y entregarle a Bryan, mi jefe. Bryan era un hombre muy guapo, pero no era mi tipo, especialmente porque era mi jefe y mezclar lo personal con lo laboral no me parecía lo más correcto. —Ari, me alegra verte —exclamó más que contento—. ¿Cómo estás? —Bryan, ya me siento mejor y quería regresar al trabajo —traté de sonreír con ganas. —Eso es genial. La verdad es que empezábamos a echarte de menos —el brillo en sus ojos parecía genuino. ¿Buscaría insinuarse de nuevo? —Yo también extrañaba esto. —Sí, bueno… Pero si no te encontrabas bien y necesitabas un descanso… —Ya me siento bie