Veintitrés

1905 Words

Alek Me dejé caer sobre la silla de la oficina y ajusté mi corbata. Jodido y estúpido Francisco García, el imbécil hijo de la gran puta jodió las cosas a lo grande. Si tan solo Ariana no estuviera embarazada, las cosas serían tan distintas. Probablemente sólo hubiera dejado que los alemanes hicieran los que se les viniera en gana con él. Ese bastardo tenía que hacer negocios con ellos, pudieron haber sido otra mafia, pero no. Tenían que ser esos malditos alemanes. —¿Señor? —Elevé mo mirada, para concentrarme con la de Matt, uno de mis hombres. —El hermano está en el sótano, pensamos que usted querría hacer el interrogatorio. Asentí antes de ponerme de pie y dejar mi corbata en mi escritorio. Siempre terminaban manchadas de sangre cada vez que tenía que encargarme de estas cosas.

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