Ariana Miré con asombro la casa frente a mí, no era tan grande como la de Alek, pero definitivamente era más moderna y había sido renovada últimamente. —¿Linda, eh? Es la casa de Sariah y su esposo, Mijail. Ella nos está esperando. Miré a Faddei, quien seguía en mis brazos y ahora jugaba con mi cabello. Estaba segura de que iba a terminar enredándolo, pero no importaba, mientras no llorara, estaba bien para mí. Miré extrañada a Melisa, al ver los juguetes y muñecas esparcidos alrededor del jardín frontal, junto a un pequeño castillo de princesas. —¿Qué es eso? —le pregunté a Melisa. Ella sonrió. —Para la hija de Sariah, ella apenas va a cumplir un año en 6 meses, pero Mijail estaba muy emocionado. Sonreí ante sus palabras. —No sabía que Sariah tuviera una hija —le comenté. —Sariah