Isabel y Adara dieron un paseo corto por el jardín, ya que Isabel se percató que a Adara le estaba costando caminar, aunque no se quejaba, ella podía ver que en ocasiones mostraba una ligera expresión de dolor en su rostro. _ Tu tobillo aun no debe haber sanado por completo, lo mejor será que vayamos al palacio y descansemos. Adara no se quejó en absoluto, ya que el tobillo había empezado a dolerle un poco. Mientras volvían, Adara vio a tres hermosas jóvenes que se acercaron a ella, una tenía el cabello plateado y ojos violeta, lacio y largo que le daba un poco más abajo de la cintura y era la que parecía liderar el grupo ya que iba unos cuantos paso delante de las otras dos chicas; la que iba a la derecha tenía el cabello castaño, hasta la cintura, ondulado, decorado con una cinta de se