NARRACIÓN - Hola – saluda Emmet sonriendo, ni bien asoma su cabeza por la puerta de la oficina. - Buenos días – responde una muy formal Romina acomodando unos papeles. - Me dijeron quieres renunciar… – juega con uno de los bolígrafos del escritorio de su madre, evitando verla directamente. - Sí. Estoy muy agradecida con su mamá, pero no quiero causar más problemas o situaciones incómodas. - Lo lamento Mi. - ROMINA - Pensé era Romi. - Para los demás, para usted no – lo ve como si tomara valor para no desviarle la mirada. Emmet la observa y sonríe, le gusta esta versión semi molesta de ella. – Para usted soy R O M I N A, con cada letra - acomoda sus lentes. – Finalizaré primero los temas más importantes y me iré, porque malagradecida no soy, ¿o