Capítulo 02.

2856 Words
JULIE ¿Cómo es posible que alguien así exista en esta Tierra junto a los demás mortales? Cuanto más lo miro, más me pregunto cómo es que mi prima consiguió su atención. Ella es hermosa, de hecho creo que de todas las primas es la más linda y eso ha sabido usarlo a su favor pero es tan fresa que la mayoría de sus exs la terminaron por esa razón. Olive quiere ser siempre el centro de atención, su primer novio la dejó porque ella lo obligó a presentarle a su familia cuando apenas llevaban una semana, su segundo novio se espantó de que hablara de tener hijos y si bien llevaban un año no era algo que él considerara prioritario ya que estaba concentrado en sus estudios cosa que a ella jamás le interesó. Para Olive tener un título o siquiera un empleo jamás fue una prioridad, desde el comienzo de su adolescencia se enfocó en que quería un novio millonario que la convirtiera en señora pero sin mover un dedo lo cual no está mal puesto que hay mujeres que tienen este plan de vida, casarse y tener hijos, la gran diferencia entre esas mujeres y mi prima, es que ella lo hace sin amor. Tener sentimientos no es algo que pueda considerarse un requisito para casarse según mi prima y ha sido bastante clara al respecto, justo por eso no entiendo qué demonios hace este espécimen a su lado, a punto de convertirse en su esposo. La marcha nupcial comienza, él pasea la mirada por toda la iglesia y a pesar de que su novia esté entrando ahora mismo, no posa los ojos en ella sino en algún lugar de la parte donde se encuentra mi familia. Su expresión cambia, su semblante se vuelve algo tenebroso, no digno de un novio que va a contraer matrimonio, y no le dedica ni siquiera una mirada a mi prima ni al vestido tan precioso que confeccioné. Yo sí lo hago, veo que su cabello n***o está recogido y el velo le cubre el rostro para enseñar el bordado de la tela la cual es fantástica. Gasté casi todos mis suministros en su vestido, busqué a los mejores vendedores de tela y me pasé horas trasnochando para bordar a mano cada pedazo de tela sobre el vestido para que quede precioso y él parece no notarlo pues sigue con la mirada en otro lugar. Olive llega al altar, sonríe con lágrimas en los ojos al ver a su novio quien la toma de la mano haciendo que suba a su posición sin ser amable, sin decir una palabra o siquiera mostrarse un poco contento con la situación. Ella me entrega su ramo, veo la emoción que la corroe y quisiera emocionarme junto con ella pero solo le sonrío. Es todo lo que puedo hacer. El sacerdote pide a los presentes que tomen asiento y comienza su discurso sobre lo que espera Dios de un matrimonio sano donde ambas personas se amen, respeten y cuiden mutuamente. Me pierdo un poco su discurso, a este punto solo me concentro en la pareja que parece estar discutiendo en voz baja ya que el padre los invita al silencio varias veces. ¿Tan pronto para tener problemas en el paraíso? Definitivamente este matrimonio no va a terminar bien. Él luce realmente molesto, creo que incluso la vena en su frente va a reventar en cualquier momento pero entonces regreso a la realidad cuando escucho que mi prima, toda decidida, sonriente y feliz, da el sí que despierta varios suspiros entre los presentes. Mi madre está limpiándose las lágrimas toda en modo dramática, mi tía está peor incluso a su lado mientras su esposo no hace más que intentar mantenerse despierto ya que Olive ni siquiera es su hija así que no le mucha importancia siendo el tercer hombre que se convierte en padrastro de mi prima. Finalmente, el sacerdote se voltea hacia el novio. —Rixon Pierce, ¿Acepta como su legítima esposa a Olive Peterson, para amarla y respetarla, cuidarla y acompañarla, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en los buenos y malos momentos, aquí frente a Dios, hoy y hasta que la muerte los separe? Ruedo los ojos esperando la confirmación sin embargo, veo que él niega con su cabeza tomando el micrófono del sacerdote bajo la mirada de todos los presentes que vinieron a ver una boda y no un espectáculo como el que está a punto de dar. —¿Qué estás haciendo?—le pregunta mi prima sorprendida cuando él se sube a la silla más cercana buscando entre los presentes con una mirada para nada amigable, despertando los bullicios y cuchicheos. —¡Rixon! —No me casaré contigo—dice él—Porque eres una zorra y te coges a tu invitado. Una ola de sorpresa toma a todos los presentes, incluyéndome. Mi madre no sabe qué hacer con las lágrimas secas mientras mi tía parece que está a punto de tener un infarto pues esto no es algo que la familia vaya a olvidar muy pronto. —¿De qué estás hablando? Me acerco a Olive. —Creo que deberíamos irnos—le susurro—Está claro que no van a casarse. —¡No digas estupideces! Me aniquila con la mirada soltándose de mi agarre acercándose a su novio, bajándolo de la silla en busca de una explicación de una manera brusca y discuten entre ellos durante varios segundos hasta que parece endemoniado cuando señala con el dedo a alguien en medio de la multitud. Todo se vuelve como una escena de película cuando veo, al igual que los demás quienes despejan el camino observando todos a la misma persona, que ese hombre, acusado de dormir con mi prima, es Quentin. Mi Quentin. La garganta se me seca, mi hermana abre la boca tan sorprendida que no puede creerlo y ciertamente yo tampoco, porque sé que él no sería capaz de hacer algo semejante. —Tienes que estar jodiéndome—gruño hacia el tal Rixon quien me mira con los ojos inyectados en sangre.—No puede ser cierto. —Hace dos semanas vi una fotografía de ellos dos en mi puta casa, cogiendo en mi sofá—dice con seguridad—¿Y sabes qué me dijo? Que eso se había terminado pero ¡No se terminó una mierda porque lo invitaste a nuestro puto casamiento! La ira que tiene es incontenible, veo que se aproxima a mi prima quien prácticamente se oculta de este hombre como si fuera que en algún momento va hacerle daño pero yo solo puedo pensar en que no es posible. Todo esto me parece una broma de mal gusto, de pésimo gusto si soy sincera, más que nada porque no veo que ella busque darme una explicación, solo intenta que su novio no la abandone pidiendo perdón casi de rodillas mientras las demás damas de honor quieren que ella se tranquilice pero a ninguna le intereso. Incluso mi propia madre intenta buscar que ella se tranquilice y entiendo que sea su gran día pero... ¡La puta andaba cogiendo con mi novio! —Dime que no es cierto—suplico, acercándome a ellos aún cuando mi hermana intenta detenerme. Ninguno de ellos me presta atención y por eso voy por el novio tomándolo de la chaqueta. —Dime que no es cierto. Con el ceño fruncido aleja mis manos y saca su móvil enseñándome una fotografía, una donde sale mi novio claramente chupando los senos de mi prima, la jodida y presunta golfa de toda la familia Peterson, quien durante años me apuntó con el dedo por haber tenido novio a temprana edad, quien todo el puto tiempo dijo que estaba embarazada para crear problemas y en realidad, lo hacía porque a escondidas cogía con el hombre que me propuso matrimonio más de tres veces. El teléfono cae de mis manos, es como si de repente todo mi mundo se hubiera venido abajo porque no recuerdo la última vez que algo me hubiera golpeado con tanta fuerza. Esto es el verdadero significado de una bofetada de realidad, el darme cuenta que lleva viéndome la cara durante semanas enteras, quizás años y yo ni enterada. Su figura aparece frente a mí, sus ojos asustados me miran y veo que mueve su boca pero no hace sonido alguno, al menos para mí entonces... está aquí, siendo un completo imbécil, sacudiéndome para hacerme entrar en razón mientras discute con mi hermana quien intenta alejarlo de mí a toda costa empujándolo y haciendo un caos. Tengo los oídos tapados, la mandíbula apretada y para nada estoy respirando como debería. A mi alrededor todo se vuelve una tormenta, la familia de mi prima está alterada, mi tía tiene que ser socorrida por su esposo pues se ha desmayado como toda dramática teatrera que es y mi madre mantiene a Miles alejado de todo cuando se da por vencida con Olive. Doy dos pasos hacia atrás chocando contra algo. Estoy perdida, de repente no entiendo en qué momento sucedió todo esto porque para mí sigue sonando a un mal chiste que se salió de control pero el que Quentin esté alterado, intentando tomar mi rostro entre sus manos, es una señal de que no es así. Todo esto está pasando de verdad. Quentin me fue infiel. Con Olive. Con la familia. Con mi prima. Las arcadas me toman al recordar que no hace más de veinticuatro horas que nosotros cogimos en mi apartamento, que de hecho él chupó mis senos y más con la misma boca con la que se lo hizo a ella lo cual me revuelve el estómago a más no poder. Volteo alterada en busca de un lugar para poder vomitar tranquila pero acabo haciéndolo en los pies del hombre más infiel del mundo. Quizás necesitaba hacerlo pues apenas termino mis oídos se destapan y me quedo rogando por no haber pedido semejante cosa porque con el caos, quiero tenerlos cerrados de nuevo. —¡Cariño, por favor, déjame explicarte!—dice mi novio, mirándome a la cara mientras las lágrimas se forman en sus ojos. —No es lo que piensas, no es... —¡No te atrevas a tocar a mi hermana!—grita Julia sacando a manotones sus dedos de mis brazos los que de seguro van a dejar marcas.—Infiel, egoísta hijo de perra. ¡Te lo dimos todo en nuestra casa y así nos pagas! ¡Que la dejes te digo! Pocas veces he visto a mi hermana tan molesta como ahora, pocas veces he sido testigo de cómo se altera hasta el punto en que comienza a llorar de la ira sin embargo cada que mira a Quentin, solo veo una furia infinita, de esas que te hacen romper cosas y no romper a llorar. —Julie, por favor, cariño, tengo que hablar contigo. —Me engañaste—susurro, sintiendo mi voz por primera vez en lo que pareció una jodida eternidad. —Tú... ¿Hace cuánto? Desesperado intenta tomarme de nuevo. —Pasó solo una vez, te lo prometo, fue hace mucho, fue un error. Estaba ebrio, nos encontramos en... Niego con la cabeza. Doy dos pasos hacia atrás chocando contra el novio de mi prima quien también intenta alejarse de la loca que llora con el maquillaje corrido sin siquiera mirarme, sin importarle el daño que han causado y más que nada, el repudio que le tengo en estos momentos. Sus ojos chocan con los míos, esos témpanos de hielo que creí no eran capaces de sentir, ahora no son más que una laguna azul completamente derretida por la fuera que siente y es que no es para menos. Los invitados comienzan a marcharse mientras que otros se acercan más para intentar escuchar. Me alejo de las manos sucias de Quentin que intentan sostenerme a toda costa hasta que esa puta fotografía viene a mi mente de nuevo, al igual que las noches pasadas donde me juraba amor eterno y fidelidad hasta la muerte, donde me rogaba por que aceptara su anillo, de las noches en que me acusó de estar impidiendo nuestro amor, de no quererlo lo suficiente cuando yo sí he sido leal y no necesité de otro amor ni otros brazos como él. Me toma por los hombros, menciona mi nombre pero en el impulso que hago para soltarme, retrocedo tropezando por la falta lucidez de mi cuerpo que está cayendo en un desmayo. Espero el golpe final pero eso no ocurre, lo que sí sucede es que acabo viendo esos témpanos de glaciar pues son sus manos las que me sostienen antes de caer en la inconsciencia pura. RIXON La loca está frente a mí llorando cual mapache con todo el maquillaje corrido mientras por dentro pienso solo en contenerme porque no quiero salir en las tapas de los diarios mañana por otra cosa que no sea el hombre que fue engañado por su futura esposa. Por dentro estoy saltando de la felicidad por no tener que casarme con Olive, desde el principio les dije a mis abuelos que esta unión no funcionaría porque me agrada como novia, para coger está perfecto, incluso para dormir abrazados pero no para un matrimonio duradero y mucho menos para tener una gran pantalla sobre la clase de hombre que pretenden que sea. Busco a mi madre entre la multitud, ella mejor que nadie sabe que Olive tenía ganado mi cariño y que la única razón por la que acepté casarme fue porque en cierta forma la toleraba pero esto... ¡Se ha cagado en mi orgullo! Jamás en mi vida creí que una mujer podría herirme tanto y es que nunca las dejé entrar lo suficiente como para hacerlo pero entonces, la única vez que me permito tener una relación más estable, el único momento en que acepto las condiciones de mi familia y me planteo la idea de poder casarme con alguien, se caga en mí y en todo lo que creo. La lealtad siempre fue una pieza clave en mi vida, todos los movimientos que hice a lo largo de mi carrera se basan en eso y se lo dejé en claro a Olive cuando le entregué el anillo. Lo único que quería era que me fuera fiel una vez casados, por eso le perdoné la primera porque yo tampoco fui un santo. Cogí con otras chicas antes, incluso tuve una mujer en mi cama la noche anterior pero para mí, el momento en que finalmente la declararan mi esposa sería la culminación de mi vida de soltero y el fin de todo lo que eso acarreaba, incluidas las otras mujeres, pero entonces lo veo al final de la fila, como burlándose de que estoy por casarme con una mujer que ya tuvo y perdí los estribos desatando toda esta mierda. Su familia discute por un lado pues la mujer con la que hablé antes resulta ser la novia del infiel y yo corro, prácticamente, para alejarme de Olive que busca a toda costa darme una explicación sobre algo que ya sé. —¡Déjame explicarte, por favor!—suplica ella persiguiéndome. Alzo ambas manos para evitar que me toque. Me siento asqueado de solo pensar lo que hizo con el novio de su prima. —Eres una zorra, es simple la explicación—gruño encogiéndome de hombros. —Ahora lárgate, déjame en paz y lárgate que mañana te verás en las portadas de todos los diarios de la ciudad. Le doy donde más le duele, su imagen pública. A pesar de tener casi treinta, se ha codeado con toda la alta sociedad de la ciudad, incluyéndome, se ha hecho amiga de las mujeres más influyentes, como mi madre y ha cuidado siempre cómo la han visto los demás. Mientras todos pensaban que era una santa paloma, resultó que de santa no tenía nada y por eso se ganó un lugar en mi cama, pero una cosa es que sea una perra y otra que intente pisotearme. Nadie va por encima de mí, nunca, y mucho menos intenta hundirme porque los acabo antes de que puedan siquiera comenzar. En este caso, Olive se ha hundido sola porque acaba de hacerme quedar como el hombre desafortunado que fue engañado por su novia. Ahora toda la ciudad buscará hacerme reportajes demostrando una vez más, que la única persona que importó en nuestra relación siempre fui yo. No quiero que me toque, no quiero ni que me mire por eso retrocedo hasta que me golpean. Al ver que se trata de su prima estoy a punto de gritarle pero veo cómo su cuerpo se vence hacia atrás. Va a golpearse la cabeza contra el escalón y sin importarme lo que suceda a mi alrededor, me lanzo a por ella alcanzándola por la cintura evitando que se rompa la cabeza contra el suelo. —¿Estás bien?—le pregunto. Algo estúpido considerando la situación y el hecho de que en dos segundos, cierra los ojos dejándome solo en medio de esta tormenta.
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