Capítulo once

2082 Words

Miro esos hermosos ojos azules que tanto he amado desde la primera vez que la vi, aún recuerdo como ponía sus fuerzas en cargar esa estúpida mochila que provocó un raspón en su rodilla. Mi conejita siempre a sido tan delicada. Y siempre la he cuidado para que no sufra. Sus ojos brillan mirando el túnel por el que camino mientras la cargo, sin ningún problema en que alguien la vea, nadie sabe de estos túneles, y la he hecho mía en estos mismos. Es una melodía jugosa escuchar como pronuncia mi nombre. — ¿Desde hace cuanto esta esto aquí? Miro como no tiene vergüenza de estar desnuda ante mi, y eso me enorgullece mucho, mi pequeña conejita se está volviendo más rebelde en mis manos. Creo que debo de dejar de estar a cada momento deleitándome con su aroma. Me gusta como es y no quiero q

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