Stephanie lo había pasado maravilloso aquella noche, apenas entró a la casa, los niños dormían, ella fué a cada habitación y con mucho amor, les acomodó la ropa y los besó en la frente, había sido una noche mágica tanto qué para Stephanie él amor golpeó su puerta, su cuerpo cansado hizo qué apenas se recostara sobre la cama se durmiera, abrazó a la almohada y se quedó soñando, comenzó a soñar con Maximiliano, ella lo llamaba pero él de pronto se escapaba, al día siguiente era día domingo, despertó pensando en él en aquella noche lo inolvidable qué había sido para ella, se colocó la bata de levantarse y se acercó hacia la cocina, Sara ese día se iría más temprano, entró al cuarto de Sara y al parecer se había ido, luego siente ruido en la sala de afuera es Sara. —Buenos días, ¿Acaso hoy no