Elena estaba sentada en la plaza junto a su madre, ella se secó las lágrimas, su madre volvió a decir. —Hija, ¿Porqué esperaste tanto tiempo para contarme esto? —Madre, perdóname, nunca fué facil, contarte todo esto, ahora me arrepiento. —Es mejor qué no se entere tu esposo. —Cómo tú digas mamá. Desde ese momento las cosas cambiaron para Elena con su madre, Grecia estaba triste, ella tenía un nieto, y no lo había podido tener en su brazos, ni ayudarlo. En cuánto llegaron a casa de Stephanie nada era lo mismo, ellas ni siquiera habían almorzado, Grecia le dijo a su hija en ese momento. —Hija, quiero regresar a casa, allá estaré más tranquila sin tu presencia, acomodare mis cosas y me iré. Miguel Ángel él nieto más chico de todos, en cuánto vió a Elena levantó sus pequeños brazos. —