Viviré con mi hermana

1770 Words
MIT: Estudiante de primer año. Siguió a su madre escaleras arriba hasta su dormitorio. Había solicitado una simple, pero su solicitud fue denegada. Suplicó a sus padres que le permitieran conseguir un apartamento, pero su padre insistió en que viviera en los dormitorios al menos en su primer año. ¿Por qué? Porque quería que tuviera la experiencia universitaria COMPLETA. Cierto, como si emborracharse y drogarse fuera educativo —¿Estás emocionado?— Preguntó su madre mientras le revolvía el cabello. —Claro, mamá— dijo, con una brillante sonrisa apropiada. —Será mejor que estés emocionado—dijo su padre con brusquedad detrás de él. —Por supuesto, padre— dijo con una sonrisa. Agarró su computadora en sus brazos— Estoy emocionado, pero nervioso —Si, por supuesto— dijo, mientras pasaba rápidamente junto a su hijo. Él estaba harto de Frederick, era muy brillante. Pero su timidez y su incapacidad para defenderse lo cabreaban. Habría sido un abogado fantástico, como el. Si tan solo tuviera las agallas para hacerlo... Pero no, su mujer lo mimó, lo hizo ser así... un completo niño de mamá. Frederick lanzó un suspiro de derrota y terminó de subir las escaleras. Sacó las llaves que le había dado el asesor residente y caminó hacia su nuevo hogar. Habitación 617. Abrió la puerta y la empujó. Dentro había dos camas, dos escritorios, dos cómodas y un hombre alto y rubio con muchas cosas. —¡Hola! Soy Robert. ¿Eres Frederick? —Sí, encantado de conocerte— dijo, mientras estrechaba la mano de Robert— Estos son mis padres —Encantado de conocerlos— dijo, arrastrando las palabras mientras pasaba su mano por su cabello rubio— ¿Tienes preferencia de algún lado? —No. Lo que elijas está bien— dijo tímidamente. Su padre agarró su camisa y lo arrastró de regreso al auto alquilado para tomar el resto de sus cosas. Después de dos viajes más, le dijo a su esposa que tenían que irse. Él rodeó a su madre con sus brazos y la abrazó. Fácilmente eclipsaba a la pequeña mujer. Pero ser sostenido por ella curó todos los males del mundo, se sentía seguro, protegido. Necesitaba eso antes de que ellos regresaran a Chicago. Su padre gruñó y puso los ojos en blanco. Ella lo besó en su mejilla y salió de su dormitorio después de decir que lo amaba. La puerta se cerró y él se quedó con su compañero de cuarto. —Bien, Fred... ¿De donde eres? —Chicago. ¿Tú? —Nací y crecí en Houston. De hecho, comencé en la Universidad Rice, pero quería venir al MIT para cursar el programa de TI —¿Te gustan las computadoras? —Sí. Construí a mi bebé... ¿Tú? —Yo también construí la mía— respondió. Los dos hombres entablaron una conversación tranquila, discutiendo códigos y jerga informática. Cuando terminaron de arreglar su habitación, Fred se dio cuenta de que tal vez esto no era tan malo después de todo y que hizo su primer amigo además de su hermana. El año escolar pasó rápidamente. Ambos eran muy cercanos. Hasta que Robert empezó a salir con una chica llamada Mara. Ella siempre estaba en su habitación y lo echaban para que Robert pudiera tener relaciones sexuales con ella. Cada vez que veía la pequeña corona colgando del pomo de la puerta, tenía que buscar otro lugar adonde ir. Parecía que todo lo que ambos hicieron fue tener sexo. Para un chico al que nunca habían besado, era una tortura. Causó tensión entre ambos. Cuando terminó el año escolar, decidieron alquilar un apartamento fuera del campus. Su padre estaba en contra, pero él le explicó los aspectos positivos de un apartamento y aceptó de mala gana. Firmaron un contrato de arrendamiento en mayo y se mudaron el fin de semana siguiente. Su madre salió y los ayudó a comprar muebles y decorarlos. Cuando terminó, era elegante y parecía un bonito apartamento para dos hombres solteros. Sin embargo, estaba más orgullosa de su hijo por enfrentarse a su padre y por finalmente hacer un amigo. XXX MIT: Víspera de la graduación —Oye, ¿recuerdas ese programa de seguridad que escribí para Diseño Web Avanzado?— Preguntó Robert. —Sí —Solicité una patente y fue aprobada. Voy a intentar comercializarla. Me preguntaba si querrías trabajar conmigo. Tienes una mente brillante y nunca pude entender los matices de los algoritmos recursivos. Ya tengo un espacio en Boston que estoy explorando. También estoy buscando en Chicago. —¿Qué pasa con Mara?— preguntó, subiéndose las gafas. Sus ojos dorados miraron a Robert con recelo— ¿Qué dice ella sobre todo esto? —Esa es otra cosa de la que quiero hablarte. Le propuse matrimonio la otra noche y ella dijo que sí. ¿Serás mi padrino?— Preguntó, sus ojos verdes brillaban de emoción. —Um... yo... —Solo necesitas usar un esmoquin, llevar los anillos y dar un breve discurso en la recepción, eres mi mejor amigo. Mi compadre. Mi hermano de otra madre. ¿Por favor? —¿Hermano de otra madre?— preguntó. Una sonrisa torcida se extendió por sus rasgos maduros. Él finalmente había crecido hasta transformar su cuerpo desgarbado. Era alto y tenía cabello bronce y cobre que sobresalía en todas direcciones. No importaba cómo intentara peinarlo, siempre terminaba desordenado. Su cuerpo esbelto tenía algunos músculos, pero no demasiado. Encontró un pasatiempo físico que disfrutaba. Lo descubrió en el primer año mientras Robert y Mara estaban en su fase s****l. Empezó a correr, todavía usaba anteojos, pero logró adelgazarlos con lentes de polibicarbonato. Miró a su mejor amigo, parecía al gato con botas con puchero y todo. —UN BREVE discurso. Como Felicitaciones Sr. y Sra. Más nada Rob, no esperes más. —¡Sí! ¡Gracias!— lo abrazó y le dio una palmada en el hombro— Ahora, ¿sobre el trabajo? —Me quedo con Chicago— dijo, su mente trabajando a un millón por hora. Juntos, idearon un plan de negocios para Koleck Technologies y comenzaron a investigar inversionistas y otras necesidades para hacer despegar su incipiente empresa de seguridad tecnológica. XXX Chicago:Koleck Technologies Frederick estaba trabajando en su escritorio, escribiendo el programa para la última actualización de seguridad. Sus dedos volaban sobre el teclado en una danza tecnológica, estaba luchando con el cortafuegos. Se dejaban entrar ciertas cookies y estaba tratando de cerrar la brecha. Gruñó levemente cuando la puerta se abrió de golpe. Robert estaba sonrojado y su cabello rubio, normalmente peinado, estaba desordenado. —¿Qué ocurre? Robert se enfureció y golpeó una pila de papeles en su escritorio. Él los recogió y eran papeles de divorcio. —¿Mara se está divorciando de ti? —Me acusó de ser infiel —¿Cuándo tendrías tiempo para hacer trampa? Estás aquí todo el tiempo —Esa es la razón, nunca estoy en casa. Perra estúpida... Debería haberlo visto venir —Lo siento, Rob. Al menos no vives con tus padres— bromeó él. —Puedes arreglar eso, Fred. Consigue un departamento. Múdate. Echa un polvo —Ya tengo suficiente de eso con mi hermana. No necesito follar— se enfureció. —Fred, ¿cuánto hace que nos conocemos? ¿Ocho, nueve años? En todos esos años, nunca has tenido novia. ¿Has estado masturbándote todo este tiempo? —No necesitas ser grosero— dijo, un sonrojo cubriendo su pálido rostro. Se subió las gafas y volvió a mirar la pantalla de su computadora. —Fred, ¿alguna vez lo has hecho? —¿Hacer que? —Masturbarte El sonrojo de Fred se hizo más profundo y comenzó a escribir de nuevo. Robert rodeó su escritorio y apartó sus manos del teclado de la computadora. —No lo has hecho. —No. Nunca salí y nunca besé a una chica. —¿Eres gay? —¿Qué? ¡Diablos, no! —Oh, maldijiste. Eso no es algo bueno— se rió— ¡Amigo! Necesitamos conseguirte un coño —¡Por favor, no lo hagas! ¿No deberías preocuparte por tu inminente divorcio? —Debería, pero tu falta de vida s****l es mucho más interesante. ¿Por qué no lo has hecho? —¿Tener relaciones sexuales? Robert asintió y se deslizó sobre el escritorio —No es que no seas atractivo, Fred. Probablemente tengas muchas chicas rendidas a tus pies —Incluso si las tuviera, no sabría qué hacer. Rob, se burlaban de mí implacablemente cuando era niño. No tengo confianza en mí mismo. Fuiste mi primer amigo además de mi hermana gemela. Además, no quiero tener relaciones arbitrariamente con alguien sin sentimientos —Eso es muy romántico, Fred— se rió— A veces solo necesitas follar —No lo sé. Nunca he follado— sus mejillas se colorearon más profundamente cuando dijo la palabra. Nunca le gustó usar ese lenguaje— No quiero follar. Quiero algo reverente y amoroso. —Deja de ver Lifetime— soltó una carcajada— Es divertido cuando se trata de un buen polvo. Golpear un coño apretado. Maldita sea —¡Robert! Por favor, detente— dijo, mientras se quitaba las gafas y se frotaba la cara— Antes de que sigas, voy a mudarme. Mi hermana regresará a Chicago desde Nueva York. No quiere vivir sola y estoy dispuesto a acompañarla. —No es que no te haya pagado lo suficiente. ¿Cuánto deposité a tu cuenta el año pasado? —Casi $25 millones. Simplemente no me siento cómodo viviendo solo— dijo mientras miraba a su amigo. Volvió a ponerse las gafas y arqueó una ceja— Siempre he vivido con alguien y no sé si puedo hacerlo solo. Y tú eres muy metiche —Tus problemas son mucho más entretenidos que los míos Él miró a Robert y se rió mientras se iba. Su celular sonó desde su bolsillo y lo sacó. En él había un mensaje de su hermana. Pronto nos mudaremos hermanito- A Así es linda- F Ella estaba rara. Tenía esta extraña sensación de lo que iba a pasar. Era como si supiera que su amigo y él estuvieron teniendo esta conversación. Quizás fue la extraña conexión de gemelos que compartían. Sin embargo, tenía casi 27 años y todavía vivía en casa de sus padres. Su madre todavía le lavaba la ropa y le preparaba la comida. Sin embargo, él podía hacer todo eso, solo que su madre era astuta y se encargaba de hacer todo antes de que el moviera un dedo. Definitivamente era hora de que abandonara el nido.
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