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960 Words
Llegué de visita a casa de mis abuelos, ellos como era costumbre me ignoraron por completo, hoy había terminado mi penúltimo año con honores y quería mostrarles, tal vez ellos se sientan orgullosos. - Al menos no eres un retrasado! – Me dijo mi abuela cuando le mostré mis notas. - Por qué estás aquí? Acaso De Santi ya se aburrió de ti? – Yo guarde las notas en el bolso, me sentía decepcionado, había esperado algo que era obvio que no iba a pasar. - Yo no tengo la culpa de lo que le pasó, por qué tienen que culparme de su muerte? yo solo era un bebé! – Mi abuela me miró con rabia y me dio un golpe. - Por ti ella murió! Claro que tienes la culpa! Eres un demonio!- Me grito con rabia, y siguió golpeándome, yo no dije o hice nada, solo deje que sacará su frustración conmigo. * Cuando llegue a la casa Piero ya estaba allí. - Veo que tu abuela se está ablandando – Me dijo mirando mi cara magullada. - La directora me llamo, y me dijo que eres el mejor de toda la escuela, no sabía que hablabas tres idiomas, según yo, nunca te eh pagado clases de idiomas– Yo me encogi de hombros. - Puedo hacerlo solo, no soy un inútil – El sonrió y me entrego un pequeño paquete. - Espero y sepas apreciarla – Abrí el paquete y sonreí, era una navaja con un hermoso mango dorado, y lo mejor era que tenía mi nombre en ella. - Quieres usarla?- Me preguntó, yo asenti sin preguntar en qué. * Habia un tipo desnudo amarrado en una de las habitaciones donde Mariano y yo teníamos prohibido ir. - Que le harías?- Me preguntó padre, yo saqué la navaja y me acerque al tipo. - Puedes matarlo, considera esto, como un regalo por tus notas – Empuñe la navaja con fuerza en la mano, el tipo me miraba con súplica. - Si te da miedo puedes salir, yo lo haré – Le encaje la navaja en el cuello, gire y después la saqué rápidamente, el tipo empezó a desangrarse. - Perfecto! Eres bueno niño – Yo mire Como la sangre corría por su cuerpo, salpicando mi pantalón escolar. - Quieres picarlo? – Yo mire a mi padre y el de rió. - Estoy bromeando! Vamos! Te invito un trago – Yo me aparte del hombre que había matado, y vomité, nunca me había sentido de esta manera, era como si algo ya no estuviera allí, me sentía diferente. - Eso es normal! Ahora vamos por el trago, creo que te hace falta- Padre me saco de allí y me quito la navaja que aún sostenía en la mano. - Mariano lo ha hecho?- Le pregunté caminando con el. Mire mis manos que estaban manchadas por la sangre del hombre. - Aún no, pero pronto lo hará – Me contestó el. * Era la primera vez que tomaba alcohol, al principio supo muy amargo, pero ahora se sentía tan dulce como la miel. - Que quieres ser niño? Todos tienen sueños, cuál es el tuyo?- Yo lo mire sobre el vaso, tomé más del líquido y después lo baje. - Quiero ser mejor que tú, mejor que todos! – El sonrió y me sirvió más alcohol. - Entonces tienes que convertirte en un demonio, por qué esa será la única manera en la que puedas ser mejor que yo – Yo le sonrei. - Ya eh comenzado, voy a ser el más temido en Sicilia, y toda tu familia se va a arrodillar ante mi – Padre sonrió, se veía bastante complacido por mi respuesta. - Eso quiero verlo – Me contestó el y tomo de su vaso. - Lo harás pronto, de eso puedes estar seguro- * Todos los días cuando salía de la escuela me iba a practicar con las armas, me gustaba, y yo era bastante bueno, no! Yo era perfecto! Tenia que serlo, yo no podía ser menos que eso, todos los que se burlaron de mí se iban a arrepentir. Después de practicar por un par de horas, me fui a casa, cuando llegue pude notar que los hombres estaban en todos lados, corrí a dentro, padre le estaba apuntando con el arma a uno de sus socios, Mariano estaba junto a el, pero se veía bastante nervioso. - Matalo!- Le ordeno padre a Mariano, pero el no sabía ni cómo sostener el arma. - No puedo!- Dijo Mariano, su mano estaba temblando. Yo saque la navaja del bolso y me acerque, agarre al tipo del cabello y pase la hoja de la navaja de extremo a extremo en su cuello, y después lo tire a los pies de Mariano, está vez no sentí el malestar de la vez pasada, todo lo contrario, me sentí poderoso. - Estás loco – Me dijo Mariano mirándome con miedo, yo le sonreí, apreté más la navaja en la mano. - Solo hice algo que tú no pudiste, no es tan difícil matar – Levanté al tipo agarrándolo por el cabello, el aún estaba vivo, así que lo saqué de su miseria, le metí la navaja en el corazón. - Ahora sí esta muerto- Saque la navaja y lo volví a tirar al suelo. - Bien hecho niño, ahora quiero que lo piques, alguien se encargara de los restos después- Padre llamo a otro hombre y me ayudó con el cuerpo. Cuando lo llevamos a un cuarto, el tipo que estaba conmigo me dio un hacha. - Primero los pies y las manos – Levanté el hacha y le di un golpe certero a una mano, está se desprendió de inmediato, y entonces seguí con mi labor.
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