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Hoy la casa estaba completamente llena, la familia de mi padre estaba de visita, tenían algun tipo de reunión, de la cual yo no podía participar, y posiblemente nunca lo pueda hacer.
Mi padre adoptivo, es la cabeza de una de las familias más importantes entre la mafia, y yo solo soy la vergüenza de la familia de mi madre, mis abuelos me odiaban, siempre me recuerdan que yo no debería estar vivo, mi madre, se suicido cuando yo nací, según lo que me han contado y eh escuchado, ella fue raptada a meses de casarse con mi padre, nadie sabe lo que realmente vivió allí, pero lo que si se tenía en claro, era que habían abusado de ella, y de esos abusos, nací yo, no era de extrañar que nadie me quisiera, yo era el hijo de nadie! un mal chiste, el hijo bastardo.
- Estoy leyendo, acaso no sabes lo que es un libro?-
El me arranco el libro de las manos y lo tiró al suelo.
- No te da vergüenza estar viviendo aquí? Tío solo te conserva por qué le das lastima! Ni siquiera tus abuelos te quieren, eres un bastardo! Por tu culpa mi tía de suicido!-
Yo respire profundamente, este imbécil quería una paliza!
- Silvio, que haces con el raro? Vamos dentro –
Mi “ hermano” había llegado con dos chicos más.
- El me está molestando! Cómo te lo aguantas?-
Le pregunto silvio a Mariano mi hermano.
- Largo! –
Led grite y me incline a recoger el libro.
Silvio me dio una patada en la cara, sentí un dolor terrible en la nariz.
- Bastardo! Eso te lo merecías! Tu no perteneces aquí!-
Mire arriba, todos cuarto se estaban riendo de mí y después corrieron lejos, malditos cobardes.
Yo entre a la casa, Piero mi padre estaba allí con sus hermanos, el me miró.
- Que paso?-
Me preguntó el despreocupadamente.
- Ahora te caes solo?-
Me pregunto mi padre, Yo sonrei, y subí a mi habitación.
Camine por el jardín con un bate en la mano, este fue mi límite, no iba a permitir que nadie me pisoteara nunca más, si no iba a tener su aceptación a las buenas, haría que me temieran! Yo…. Fabien De Santi sería un diablo! Temido por todos!
- Hey! –
Grito mi hermano, pero ya era demasiado tarde! Le di con el bate con todas mis fuerzas al infeliz que se atrevío a golpearme! Nadie tenía derecho a tocarme.
El imbécil estaba en el suelo llorando, tire el bate a un lado y lo agarre del cabello e hice que me mirara.
- A la próxima voy a matarte –
Le advertí y le sonreí, mi querido primo tenía la mandíbula dislocada.
- Bastardo! –
Me grito mi hermano y me empujó.
- Papá va a matarte! Le contaré todo!-
Me grito el ayudando a nuestro primo a levantarse.
Yo limpie mi nariz con el dorso de la mano, había mucha sangre.
- Debería estar agradecido que no encontré mi navaja, me hubiera encantado cortarle la cara de extremo a extremo –
mariano me miró con rabia y se fue con silvio.
*
Padre me dio una bofetada delante todos, yo no agache la cabeza, no me arrepentía de lo que había hecho.
- Quieres que te regrese con tus abuelos? Sabes que ellos te van a tratar peor que la mierda!-
Me grito y me dio otro golpe.
- Te crees malvado? Te voy a mostrar lo que es serlo!-
Papá me agarró del cabello y me llevo a la cocina, hizo que abrirá la mano en el mesón.
- Te vas a disculpar?-
Me preguntó, yo negué con la cabeza, iba a asumir las consecuencias con gusto.
- No muevas la mano, si lo haces voy a cortarla y haré que veas cómo se la comen los perros –
Yo contuve el aliento, padre apuñaló mi mano con un cuchillo, contuve un gemido de dolor, lo mire de reojo y el me sonrió.
- Tienes huevos niño –
Saco el cuchillo y lo sostuvo en el aire.
- Tómalo –
Yo lo iba a agarrar con la otra mano, pero el nego.
- La otra –
Yo levanté la mano herida y el me puso el cuchillo en la palma.
- Tienes suerte de que no te corte un dedo –
Yo lo mire directamente a los ojos, el estaba sonriendo.
- Ve a qué te atiendan la herida, no quiero que se te infecte –
Apreté el cuchillo y salí de la cocina.
Todos allí reunidos me miraron, yo les sonrei y me fui.
*
Hoy estaba lloviendo a cántaros, y hoy no me habían permitido ir con Mariano en el coche a la escuela, tenía mucho frío y por como estaban las cosas iba a llegar tarde.
Empecé a correr para llegar más rápido, pero termine en un charco.
- Maldición!-
Grite con frustración, un pequeño gato salió de la nada, estaba llorando, tal vez tenía frío igual que yo, lo cargue y lo mire, estaba en los huesos.
- Quieres ir conmigo a casa?-
Le pregunté y el empezó a maullar, yo lo metí dentro del bolso y me devolví a casa.
*
Escondi al gato en mi habitación, le había llamado onix, ya que era muy n***o.
- Me voy a la escuela, no hagas ruido!-
Lo metí en una caja y lo escondí en el armario.
Salí de la habitación y corri hasta el coche que nos estaba esperando.
*
Cuando regrese de la escuela fui directo a la habitación, onix seguramente tenía hambre.
Abrí el armario pero la caja no estaba, yo bajé las escaleras y me tope con mi padre, que sostenía a onix en sus manos.
- Buscabas esto?-
Yo asentí y el me sonrió.
- Sabes lo que pasa cuando te apegas emocionalmente a algo?-
Yo asenti.
- Te duele cuando ya no está –
Le respondí.
- Correcto! Y dime, lo quieres?-
Yo trague en seco y negué con la cabeza, padre tomo al gato por el cuello y empezó a apretar, onix empezó a llorar y a tratar de escarpar.
- Ya basta!-
Grite y el se detuvo.
- Te duele?-
Me preguntó y yo asenti.
- Lo matas tu, o lo mataré yo frente a ti –
Le quite a onix de las manos y le parti el cuello, se que no sufrió, y eso es lo que me consuela.
- Que no vuelva a pasar, entendido?-
Yo asenti y me fui al jardín con onix en las manos, me senté y lo puse a un lado, empecé a cavar un agujero y después lo enterré allí.