—Es cierto —respondió él, recuperando la compostura—. El reporte del clima dice que hoy el Támesis podría… Ella sonrió, una sonrisa dulce. —¿...congelarse? —Exacto, congelarse. Soy Jack, encantado de conocerte. —No estrecharon las manos ni hubo ninguna formalidad para evitar que algunas de las demás personas en el bar detectaran alguna falla en su cubierta. —Nicole, Nicole Quayle, es un placer Jack... ¿o puedo llamarte Gor…? —Jack está bien. ¿Una bebida? Ella se acomodó en un cómodo sillón con espaldar alto que la envolvía. Casi había usado su criptónimo. ¿Dónde lo había conseguido? Masterman, probablemente; tenía una inclinación por hacer alguna travesura en las reuniones cara a cara entre agentes contacto. —Por favor, y ya que estamos en un ambiente tan elegante y dado que no creo