La loca de los gatos

44: La cita que no es cita

Axel se detuvo nervioso frente a esa puerta roja. Sólo faltaban dos minutos para las cinco así que tocó la puerta dos veces y escondió las manos en su espalda.

La abuela de Valentina abrió la puerta unos segundos después y una sonrisa amplia se dibujó en sus labios rojos.

—Que muchacho tan puntual—ella miró de arriba abajo al chico, lo había visto una vez junto con otros chicos que habían ido en una ocasión. Parecía un buen chico y los radares maternales nunca le habían fallado. Confiaba que esa no sería la primera vez.

—Buenas tardes—Saludo él tratando de ocultar sus nervios.

Valentina llegó a la puerta y salió poniéndose a lado de Axel, ambos se saludaron un poco tímidos y regresaron la vista a Margarita.

—Ya me voy abuela—avisó ella en voz baja, no era de las chicas que salían mucho así que era nuevo para ella.

— No se preocupe, traeré a Valentina de vuelta sana y salva—Axel le aseguró a la mujer.

—No regreses muy tarde que me preocuparé—dijo ella y volvió a sonreír— que se diviertan.

Ambos asintieron y se alejaron de ahí para encaminarse al cine, podían fácilmente llegar caminando, la plaza quedaba a unos minutos y el clima estaba de su parte.

— Hay una película que trata de animales—hablo Axel después de varios minutos girando su mirada a Valentina. Ella vestía un vestido rosa pastel de encaje que hacía juego con el collar que él le había regalado, unas lindas orejas blancas y sus medidas de gato que sin duda eran lo que causaba los nervios del chico—¿te gustaría ver esa?

—Esa es la que quería ver—Valentina djo entusiasmada—la anunciaron en la televisión y se miraba divertida.

—Lo sabía—el rió aliviado— habrá una función a las cinco y media, me alegra haber comprado los boletos.

—¡Axel!—alguien gritó detrás de ellos—¡Valentina!

Ambos se detuvieron y se giraron para buscar al dueño de esa voz. Max, Joshua y Mateo apresuraron su paso de entre la multitud y se detuvieron frente a ellos.

—¿Que están haciendo?—preguntó Max después de escanearlos con la mirada, entonces él sonrió juguetón—¿tienen una cita?

—¿Cita?—repitió ella nerviosa. Escucharlo de la boca de otra persona la hacía sentir extraña.

—Vamos al cine.—dijo Axel aligerando el ambiente y los miró a los tres con la ceja alzada—¿ustedes que están haciendo aquí?

—Que coincidencia— Mateo sonrió metiéndose entre Valentina y Axel para abrazarlos por los hombros—Nosotros también.

—Vamos a ver esa película de animales, dicen que está divertida—dijo Max.

—Veamos... —Mateo se separó de ellos y miró los boletos que tenía en su mano— al parecer ellos también—el rió y asintió mirando a sus dos amigos.

—¡Oye!—Axel frunció el ceño y comenzó a buscar los boletos por todos los bolsillos de sus jeans—¡¿Cómo demonios los agarraste?!

—Tienes que enseñarme a hacer eso— Max rió mientras se apoyaba en el hombro del rubio.

—Vamos, la función comienza en diez minutos y tenemos que comprar las palomitas—los apuró Joshua acomodando sus gafas y adelantándose.

Axel se acercó apenado a Valentina.

—Lo siento, ya sabes como son ellos—él se rascó la nuca—realmemte no saben leer el ambiente.

—Descuida—ella rió—Tus amigos son divertidos.

—No son mis amigos—él sonrió de lado—son tus amigos también.

—De hecho me cae mejor Vale—. apareció Mateo detrás de ellos sacándole un susto a ambos.

—¡¿Qué aparte de carterista eres ninja?!— gruñó Axel.

—Es parte de lo mismo—se encogió de hombros guiñándole el ojo antes de dejarlos solos.

—¡Chicos apúrense!—gritó Joshua.

—No te preocupes, me encargaré de que la próxima vez no muestren sus idiotas traseros.

—¿Próxima vez?—ella ladeó la cabeza.

—¡Claro!, seguiremos teniendo citas ¿no?

Ella miró al pelinegro con sorpresa y después sonrió en grande.

—Si.

El último año iba a ser mejor de lo que ella esperaba.

Ahora tenía nuevos amigos y por primera vez experimentaba el amor.