De pie en el balcón, Lily observa en silencio a las últimas parejas que ríen y bailan en la pista de baile. Es casi de mañana y el viento frío del alba se deja sentir en el ambiente. Lily se abraza a si misma pues la bata de baño que trae puesta no es lo suficientemente abrigadora. Ella debería de estar profundamente dormida, pues en verdad está extenuada debido a todo el placer que su cuerpo ha experimentado en esa maravillosa y única noche. Tantos deliciosos orgasmos que había experimentado... Tantas nuevas sensaciones que ella nunca había experimentado en el pasado... Tanto placer que había recorrido su cuerpo una y otra vez. Lily dejó escapar un suspiro de placer cuando las escenas de todo lo que había hecho con Mario en esa habitación. Habían hecho el amor en la cama, el sill