Lily no quiso cerrar los ojos cuando las expertas manos de Mario comenzaron a acariciarla sensualmente. La chica se deleita al sentir esos ojos de fuego sobre ella, quemándola por dentro. Mario recorrió sin prisa con su satinada lengua la exquisita y delicada piel que sobresalía del vestido de noche de Lily. Poco a poco el vestido cayó de los hombros de la niña revelando sus senos firmes abrazados por un sexi sostén n***o de encaje. Mario admiró por un segundo la perfección de esos dos montículos femeninos antes de amasarlos con sus manos. Con un movimiento experto, Mario retiró la prenda dejando expuesta a Lily para él. La ansiosa boca del escort se deleitó con el suave sabor del pezón pequeño y duro de la niña. Con su otra mano amasaba suavemente su otro mientras que mordisqueaba