Puede ser que ese hombre sea el sueño dorado, s****l y ardiente de toda mujer, pero Lily no estaba dispuesta ya a soportar que ningún hombre la controlara. Mucho menos que le gritara. Después de haberse escabullido del encierro donde Mario la tenía Lily entró en la casa buscando a Gustavo por todos lados, pero no pudo hallarlo. Las mujeres reían, bebían o besaban a sus Escorts totalmente ajenas a la gran molestia que sentía Lily en ese preciso instante. Ni Marina ni Karina estaban a la vista, por lo que Lily decidió que ya había tenido suficiente de estar en un lugar donde ella no quería estar. Una de las ventajas de haber sido la última en llegar a la despedida de soltera es que el auto de Lily podía salir fácilmente del patio destinado como estacionamiento para la fiesta. Sin pensa