Barry estaba frente a la casa Wolfhard, estaba dudando si tocar o no porque al hacerlo no hay vuelta a atrás.
Al principio esto había sido un impulso idiota, cuando salió del apartamento solo había pensado en salir de cualquier espacio donde se encontraba Melody, en el camino se tranquilizo y ahora estaba dudando; sin embargo, Melody no ayudaba en nada, insistía que la niña era suya y quería que él le creyera cuando todo lo que le había dicho era mentira, recordarlo le hizo recuperar el valor y tocó la puerta.
Tardó un segundo cuando Jazmine salió a abrir, el parecido con Melody era sorprendente, seguramente podría imaginar que así podría verse ella con otros veinte años más, el mismo cabello color miel y los ojos castaños.
–Buenos días.
–Buenos días, mi nombre es Barry Stand, aboga
