–¿Vas a contestar o no? –expresó Melody con un gesto duro en su rostro. Anahí no solo estaba sorprendida por la forma que Melody había cambiado su actitud tan repentinamente, sino también por la forma en que le estaba cuestionando su trabajo y moralidad; Melody había pasado de ser una chica tierna y dulce a una chica histérica peleando por la última caja de cereal en oferta del supermercado. –Disculpe señorita, pero es que estoy un poco confundida con lo que usted quiere decirme –titubeo –. No entiendo su pregunta. –Por supuesto que la entiendes, vienes aquí todos los días fingiendo hacer el aseo del lugar, pero es no es cierto, no es todo lo que quieres hacer, Barry te habla y tu le sonríes, haces todo lo que te dice, eres la mejor mujer que tiene porque le facilitas la vida y ahora