–¿Cómo vas con la chica? Robert entró a la oficina de Barry sin anunciarse, era normal en ellos, Barry no se anunciaba cuando llegaba a su oficina y Robert tampoco lo hacía, más que socios eran amigos de toda la vida. –Supongo que Betty te contó. –Supones bien –Robert se sentó en el sofá –. Me envió a vigilarte, dice que embarazaste a una chica joven y que ahora la vas a dejar sola, nada que le sorprenda. –No es mi hijo, lo sabes –aseguró Barry –. Esa niña solo quiere que un pobre idiota se haga cargo de su hijo. –Y de todos los idiotas te eligio a ti, que impresionante. Intentar razonar con Robert era imposible, Barry era inteligente, pero Robert muchas veces lo superó en astucia y de hecho esa era la razón principal por la que se habían hecho amigos, Robert aprovechaba la inte