Capítulo 4

2017 Words
Los ojos de Sesshomaru se posan en el indecente pervertido que trataba de forzar a mi mejor amiga. Aun no puedo creer el descaro de este tipejo. El bastardo infeliz corre hacia Sesshomaru y lanza el primer puñetazo que, con una elegancia increíble, Sesshomaru esquiva. Mis labios se abren un poco sorprendida al ver como su puño impacta de una manera tan veloz en el estómago de ese infeliz haciendo que este caiga de rodillas. Sesshomaru aprovecha y lo patea logrando que caiga al suelo. —Esto no es una pelea entre hombres—comento y Sesshomaru me mira—más bien parece la paliza del año—sus labios se curvan en una sonrisa de autosuficiencia que logra enloquecer mis hormonas. No me da tiempo de hablar porque Sesshomaru cae al suelo y miro al bastardo quien tiene un bate en sus manos. Golpeó los pies de Sesshomaru. Este aprovecha y me golpea en el estómago y Sesshomaru desde abajo lo golpea, pero este es más rápido y sale corriendo de la habitación. —No dejes que escape—grito y Sesshomaru se levanta y corre tras de él. Me quedo apretando mi estómago, joder, me duele un montón. Minutos luego entra Sesshomaru con Ayumi. —¿Estás bien?—me pregunta con preocupación en su rostro. —Solo fue un golpe—comento poniéndome de pie—¿te duelen las piernas?—pregunto preocupada y él me sonríe. —¿Te estas preocupando por mí?—sus cejas le elevan de arriba hacia abajo haciendo que sonría como tonta. —Eres un idiota—murmuro sin despegar mi mirada de sus ojos. —Pues este idiota se siente culpable, me distraje y saliste herida—muerdo mis labios y aunque él sonríe sus ojos parecen muy serios—si me encuentro a ese infeliz terminaré en prisión, y no por una mentira de mi cuñada—comenta. —Esperemos que no quiera volver a molestar—él asiente. —Eres genial—mi blanca dentadura debe verse muy brillante, porque justo ahora estoy sonriendo como una adolescente hormonal, pero es inevitable. Sesshomaru me hace sentir cómoda y es extraño. —Perdón por interrumpir—abro mis ojos con sorpresa, había olvidado que mi mejor amiga está aquí—¿estás bien Rin?—me pregunta preocupada. —Sí, quiero revisarte Sesshomaru—miro sus pies—puede que tengas un hematoma, te pegó muy fuerte—este me sonríe. —Está bien—lleva una de sus manos a su correa la cual quita y luego desabrocha el botón de su pantalón para bajar la cremallera del mismo. Abro los ojos y Ayumi lo mira roja de la vergüenza. Ella no aguanta y sale corriendo. Yo lo miro desafiante y él baja sus pantalones hasta quedar en un bóxer sexy que me hace sentir calor de inmediato. ¿Cómo las cosas tomaron este rumbo? Con Sesshomaru no sé qué pasa, pero es como si hasta el momento más trágico podríamos volverlo excitante. —Enserio te medio desnudaste—murmuro con sorpresa. Miro donde su pene se marcha y me acaloro de sobremanera. Trago seco cuando este se sienta en la cama de Ayumi y me sonríe. —¿No que me ibas a revisar?—pregunta y asiento. Me acerco para arrodillarme frente a él y mis ojos no evitan mirar su entrepierna. Mis pezones están erguidos por su mirada morbosa sobre mí. Dios, soy una buena mujer, no me dejes sucumbir en el pecado Con toda mi fuerza de voluntad reviso sus piernas y evidentemente tienen moratones formándose. —Tienes moratones—comento siguiendo inspeccionado sus piernas, cuando en realidad solo escaneo un poco su m*****o. ¡Soy una cochina pervertida! Pero este hombre me hace cometer locuras. Me levanto con la respiración un poco agitada y muerdo mis labios—te puedes vestir—él asiente y se levanta. Miro hacia otro lugar y Sesshomaru me jalonea enredando sus dedos en mi pelo y besándome de una manera que mi cuerpo completo da una sacudida. No me opongo. Beso sus labios de manera rápida, quiero todo de este hombre. Nuestros labios se encuentran en una batalla frenética donde ambos demandan ser los ganadores, pero ninguno de los dos se rinde. Con mi lengua delineo sus labios y estos se abren permitiendo que mi lengua navegue dentro de su boca. Mi respiración es un asco, trato de no ahogarme porque es como si mi cuerpo tuviese vida propia. Lamo su labio superior y él chupa mi inferior. Un pequeño jadeo se escapa de mi garganta. Las manos de Sesshomaru se posan en mi trasero donde aprieta restregándome su erección. Abro los ojos y lo miro separándome un poco de él y separando mis labios al sentirlo golpear mi entrepierna con su m*****o. Sesshomaru me sonríe y vuelve al ataque de sus labios contra los míos. Sus manos descontroladas suben un poco mi vestido. Sus manos acarician un poco mis muslos. —Rin necesito contar... Ambos nos separamos y vemos a Ayumi sonrojada. —¿Pasa algo?—pregunto bajando mi vestido. —Perdón—murmura—de verdad lo siento—sonrío un poco y mi mirada cae en Sesshomaru quien sigue con una erección plasmada en su entrepierna por lo que la cubro con mi cuerpo. —Termina de colocarte el pantalón—salgo de allí sin esperar respuesta. —De verdad lo siento Rin—me dice roja de la vergüenza. —Fue mejor que nos detuvieras—ella sonríe—¿Qué es tan gracioso?—pregunto con una ceja enarcada. —Mírate en un espejo cariño—camino hacia el espejo que hay en la sala y abro los ojos. Mis labios están hinchados, se ve claramente que he sido devorada. Mi cabello da pena, es claro que parece un nido de pájaros. —Si eso fue un beso ya me imagino en la cama—digo bajo mirándome. —En la cama te verás estupenda luego de una buena follada de mi parte—doy un respingo y miro a Sesshomaru quien sonríe. —Eso lo voy a decidir luego de que lo hagas—él me sonríe. —Hola—Ayumi mira tímida a Sesshomaru—yo te conozco—dice entrecerrando los ojos--¡Sesshomaru Taisho!—grita con los ojos abiertos—¡Oh Dios mío!—él le sonríe. —El mismo ¿tú eres?—pregunta sentándose con total confianza. —Ayumi, mejor amiga de Rin—eé me mira y me escanea con la mirada. —Levanta el vestido—abro los ojos y me acerco golpeando su cabeza—¿Qué te pasa?—pregunta mirándome. —No me voy a desnudar—le digo. —Quiero ver si ese idiota no te hizo nada—muerdo mis labios y en silencio entro a mi habitación colocándome un short y una blusa corta. Salgo y le enseño mi estómago. No tengo nada. —Mierda—dice—estas como yo quiero—ruedo los ojos—¿puedo por lo menos lamerte un poco?—pregunta haciendo ojitos de niño bueno. —No—respondo riendo. —Tu amiga es cruel conmigo—hace un puchero que me hace casi babear. Sesshomaru se ve adorable. —¿Cuánto llevan saliendo?—pregunta Ayumi mirándome de manera acusatoria. —En realidad, la primera cita fue hoy. ¿y sabes por qué fue hoy?—ella niega—porque tuve que prácticamente secuestrarla para que salga. Ósea, sé que ella muere por mí, pero se hace la difícil, es difícil para mí—llora falsamente y Ayumi lo abraza. —Pobre, se lo cruel que ella puede ser—abro la boca al ver a la traidora de mi amiga seguirle la corriente a Sesshomaru. —Ella rompe mi corazoncito—murmura y me saca la lengua. Muy maduro Sesshomaru —¿Esto es un complot en mi contra?—pregunto mirándolos con suspicacia. —Solo queremos que dejes de ser una tirana—dice Sesshomaru—ni siquiera deja que le lama ese estomago tan tentador que tiene—Ayumi se sonroja—¿puedes creerlo?—pregunta negando—yo que la quiero entera solo le pido un poco de piel y ella me rechaza—me carcajeo sin poder evitarlo y Ayumi me sigue. —Eres muy gracioso—dice ella y me sorprende que no esté tímida, por lo general ella es muy tímida con los hombres que a veces traigo a casa. Definitivamente Sesshomaru sabe cómo ganarse a las personas sin hacer esfuerzo. Es que con esa personalidad tan infantil y juguetona me sorprende de verdad. —No dejaré que me toques—digo aunque en realidad deseo que toque todo lo que él quiera—además, ya es tarde, deberías irte—Ayumi me mira preocupada—¿pasa algo?—ella asiente a mi pregunta. —Tengo miedo de que cuando Sesshomaru se vaya él vuelva—me dice y miro a Sesshomaru. —Si quieres me quedo aquí—me dice—yo no tengo ningún problema con eso—me sonríe—y menos si puedo dormir contigo—ruedo los ojos. —¿Qué dices Rin?—muerdo mis labios y la verdad es que me preocupa también que él vuelva. Además de que anda con un bate que le regalé a Ayumi el año pasado para momentos como este. —¿Te sentirías más segura con él aquí?—pregunto y ella asiente—entonces claro que se puede quedar—ella me abraza y besa mi mejilla—gracia a ambos—doy un leve bostezo. Estoy agotada, trabajé mucho el día de hoy. Masajeo un poco mi cuello cerrando los ojos. —Si quieres te hago un masaje. Te vez agotada—abro los ojos y le doy una sonrisa. —¿Eres masajista ahora?—pregunto enarcando una ceja. —Sé un poco, ¿me dejas?—asiento y él se levanta. —Vamos a mi habitación, ¿vienes Ayumi?—pregunto y ella asiente. Ella tiene miedo, puedo verlo en sus ojos, aunque gracias a la presencia de Sesshomaru parece más tranquila—pásale los aceites por favor Ayumi—digo tirándome en la cama boca abajo. Siento la cama hundirse a mi lado, pero no abro los ojos. —Eres una buena amiga—me susurra en el oído Sesshomaru—dejaste a un completo desconocido en tu casa solo para que tu mejor amiga no se sienta insegura—suspiro fuerte. —Sé que nunca nos harías daño—abro los ojos mirándolo—puedes decirme loca, pero confío en ti—sus ojos se abren un poco y sonríe de lado. Ayumi entra y le pasa los aceites a Sesshomaru. Sesshomaru vierte aceite sobre mi espalda y me masajea tan bien como saca orgasmos usando su boca. Me relajo mucho y el continua. Joder, solo por sus manos me casaría con él. Sabe dónde tocar para que me sienta mejor. Alrededor de una hora para. —Listo—abro los ojos con poco de sueño. —Duerme aquí, nosotras dormiremos en la otra habitación—Ayumi se despide de Sesshomaru y sale—descansa—le digo dándome la vuelta, pero él me detiene, reacciono lento ya que Sesshomaru deja un casto beso en mis labios. —Descansa preciosa—asiento caminado hacia la habitación de Ayumi. La encuentro en la cama sentada por lo que sin decir una palabra la abrazo y esta estalla en lágrimas. —Tenía tanto miedo Rin—me dice y la abrazo con fuerza. —Ya todo pasó, estoy aquí—susurro y sus lágrimas mojan mi piel, pero solo la abrazo. Ella es tan inocente que justo ahora quiero destrozar al maldito que la tiene derramando lágrimas. Yo sostengo su dolor, dejo que llore tanto que termina dormida en mis brazos. La acomodo en la cama y suspiro. Estoy cansada, pero ese idiota algún día me las pagara.
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