Capítulo 8

1824 Words
¿Te paso a buscar a las 21h? El mensaje de Sesshomaru hace que pare de teclear preguntas en la Tablet que llevo en manos y que una sonrisa aparezca en mi rostro. Lo siento, iré a trabajar esta noche, no podré estar como tu acompañante. Hiten aparece en mi campo de visión con una sonrisa mientras trae consigo dos trajes en mano. —¿n***o o azul?—me pregunta y mis otros compañeros ríen. —Lleva todo el día en eso, elige—me dice uno de ellos. —Uhmm... Azul—él asiente y levanta el azul. —Por mayoría, el azul gana—ellos levantan el pulgar y algunos se quejen sobre el n***o siendo mejor. —¿De qué color es tu vestido Rin?—pregunta Yuka con una amble sonrisa en los labios. —n***o—ella asiente—¿y el tuyo?—lame sus labios y más de un hombre queda perdido en ese interesante movimiento. Ella no sabe que es como la fantasía prohibida de sus compañeros de trabajo. —Es un bonito rojo vino—se enoje de hombros. —Una chica sexy y mala—me guiña un ojo. —¿No creen que deberían dejar de hacer tanto escándalo y trabajar?—pregunta Sara mirándome mal, ruedo los ojos y sigo mi caminar. —Hombre caliente a la vista—grita Eri mirando a una persona entrar al estudio. Giro mi cabeza porque cualquiera quiere saber quién es el hombre caliente. Mi rostro pasa a la sorpresa al ver a Sesshomaru entrar. —Sesshomaru—grita Sara con una sonrisa acercándose a él—tenía tiempo sin saber de ti—murmura sin despegar la vista de él. Los ojos de Sesshomaru se posan en su persona regalándole una sonrisa. —Tiempo sin verte Sara—le dice aceptando su beso en la mejilla que resulta ser muy coqueto. —No sabía que se conocían—le digo a Yuka quien está ahora a mi lado. —Salieron hace un año y medio—veo como ella le coquetea descaradamente y una ola de celos me atacan. No tengo baja autoestima, pero se aceptar que ella es una muñeca, una hermosura de persona, además de que salieron, dicen una mierda de donde hubo fuego cenizas quedan. —¿A qué se debe tu visita?—pregunta ella sin perder la sonrisa. —Vengo a ver a una preciosura de persona—dice esbozando una sonrisa. —¿A mí?—pregunta ella sonriéndole coqueta y haciendo que sus pechos se vean más tentadores cuando se mueve. —Eres hermosa, pero la preciosura a la que vengo a ver lleva por nombre Rin—todos dan la vuelta para mirarme que por un momento me siento intimidada. —¿A ella?—pregunta Sara desconcertada. Lo dice de una manera que simplemente no me gusta porque ¡Oye! Tengo lindos pechos firmes, una buena cintura y un trasero deseable, además de que mi rostro según lo que dicen es bonito y tengo una personalidad atrapante, algo que tú no tienes. —Sí, ¿verdad que es preciosa?—pregunta sin perder la sonrisa. —Si tú lo dices—susurra de mala gana. —¿Me la puedo robar veinte minutos?—pregunta él con una agradable sonrisa. —Claro—dice resignada. Con una sonrisa de victoria paso por su lado caminado hasta Sesshomaru quien me espera. Caminamos en silencio bajo la atenta mirada de todos, cuando al fin estamos sin espectadores él se gira a mirarme. —Entonces ¿iré solito a la fiesta de aniversario?—pregunta en un puchero adorable. —No creo que mueras por eso—consuelo con una sonrisa, muy difícilmente podría estar seria alrededor de Sesshomaru. —Estarán todas esas modelos entonces comiéndome—me recuerda. —Quisiera ir contigo, pero es mi trabajo—suspira mirándome. —Ya quiero saber que llevaras en ese lindo cuerpo—lamo mis labios despacio. —Ropa—él rueda los ojos. —Eso lo sé—mis brazos se levantan a la altura de mi pecho para luego cruzarlos. La verdad estoy sorprendida, no esperaba que Sesshomaru aparezca en mi trabajo sin antes avisarme. Él es tan impredecible, estoy tan atrapada por la manera en la que me envuelve. Es como si cuando aparece solo existe Sesshomaru en mi campo de visión, nadie más y eso es un poco inquietante. Estoy cayendo bajo sus redes de manera rápida, muy rápida. —No sabía que estábamos en la fase interrumpir el trabajo del otro—me da una sonrisa que quiere ser tímida. —Solo quería ver que tan caliente te vez de manera profesional, el día de la entrevista tuve una erección gracias a ti—sonrío de lado. —Creo que debería volver porque claramente esta conversación pasará a ser una caliente y sucia—declaro mirando como Sara se acerca—y no quisiera que la amargada hija de mi jefa escuche lo que hablamos—le digo bruscamente. —Sesshomaru ¿podemos hablar?—pregunta acercándose a nosotros. —Me voy a trabajar, ten buen día—me acerco besando la comisura de su labio para luego lamer un poco de manera rápida. Él abre los ojos cuando me aparto y miro a Sara quien me asesina con la mirada. Si las miradas mataran Me alejo de ellos moviendo mi culo en un intento de que Sesshomaru se concentre en mi movimiento y que eso irrite a Sara. Ella me detesta, pues el sentimiento es mutuo porque me cae igual que la chica esa que me llamó puta. No la soporto. Miro de reojo y sonrío porque efectivamente Sesshomaru me está comiendo el culo con la mirada. Eso es tan refrescante. Entro al estudio e inmediatamente Yuka y Eri aparecen para arrastrarme al baño. —¡No sabía que salías con Sesshomaru!—me grita Yuka con sorpresa—¡Joder! Estoy muy sorprendida—me dice con sus ojos abiertos. —Con este tipo, mierda, él es tan caliente como mi café de cada mañana—me río un poco. —No estamos saliendo de manera oficial—murmuro recargando mi cuerpo del lavamanos. —Joder, Sara estará como el demonio contigo, ella sigue algo como enamorada de él, pero Sesshomaru le ha dejado en claro que solo son amigos—escuchar eso me tranquiliza. —Creo que ahora me odia con argumentos—digo divertida. —¿Cómo es en la cama?—pregunta Yuka con unos ojos soñadores que me dejan vagamente desconcertada. —No responderé eso—digo riendo. —¿Ahora eres tímida?—pregunta ella riendo. —Sesshomaru fue con quien me enrollé el día que salimos a celebrar—confieso mordiendo mi labio. —¡Mierda!—grita sobresaltándome—esa es una maldita confesión fuerte—dice—deja que respire porque siento que en cualquier momento colapso niña—abanica su rostro. —¿Debemos agradecerle tenerte contenta?—pregunta Eri—porque últimamente mantienes una sonrisa idiota en tu rostro—ruedo los ojos. —No tengo ninguna sonrisa idiota—hablo caminando a la puerta—volvamos si no queremos que Sara nos joda—ellas asienten. —Algún día me vas a confesar que tan bueno es en la cama—asegura caminando a su camerino. Las próximas dos horas que paso en el estudio Sara es una perra en todo el sentido de la palabra conmigo. Todos se dan cuenta de ello y no es como si ella disimulara que le caigo mal, ella claramente está en la etapa de demostrar todos sus malos sentimientos. Como si fuera mi culpa que Sesshomaru la quiera como amiga. Cuando llego a casa espero que Ayumi me haya conseguido lo que le pedí, porque tiempo no he tenido. Al llegar a casa veo la figura de una persona y me tenso. Le marco a un amigo mío que trabaja como policía y él dice que está cerca de mi casa, que en unos minutos estará aquí. —¿Qué haces aquí bastardo de mierda?—pregunto y él se gira a mirarme. —Quiero hablar con Ayumi, lo que significa que te jodas y desaparezcas de aquí—me dice. —No la vas a ver, y si sigues comportándote como un maldito acosador te enviare a prisión—le digo bruscamente. Él se ríe con fuerza. —Y una mierda—se acerca de manera peligrosa a mí—no te metas donde no debes zorrita—murmura de mala manera. —Largo—él niega—largo de aquí—repito. —Vete a follar y déjame ver a Ayumi—suspiro con fuerza. Me bajo de los tacones y mis pies agradece sentir el piso, no era muy alto, pero estar toda la mañana en ellos y que Sara luego de que Sesshomaru apareciera se comportara como una perra conmigo no ayudó mucho. Tomo uno de mis zapatillas y la estampo contra su nuca haciendo que se tambalee. —No lo repito, lárgate—le digo. Él me mira furioso levantando su mano para pegarme y en ese instante llega mi amigo. —¿Estás bien?—me pregunta y asiento—¿es él?—asiento nuevamente. —¿Ahora te follas a la policía?—pregunta ese bastardo mirándome con odio. —Me iba a pegar—le digo Hakudoshi—además de que acosa a mi amiga—él saca las esposas y hay forcejeo antes de que logre ponerlas en las manos de él. —Tu amiga debe poner una denuncia Rin—asiento despacio—me lo llevo, cuídate—suspiro y busco las llaves en mi bolso. Entro a la casa y voy directamente a la habitación de Ayumi. La encuentro con las manos en los oídos mientras lágrimas se resbalan por sus ojos. —Ayumi—la llamo suavemente. Al verme se lanza a mi cuerpo logrando que caiga en una posición incómoda con ella sobre mí. Su cuerpo tiembla y muerdo mis labios mientras la abrazo—¿estás bien?—ella solo llora. —Llevaba una hora tocando el timbre y gritando, tenía miedo Rin—levanta los ojos a mi dirección—mucho miedo—la abrazo suspirando. —Estoy contigo, siempre lo estoy y lo estaré, él no te hará daño—le digo besando su cabeza. —¿Lo prometes?—pregunta sentándose y levantando el dedo meñique. —Lo prometo—digo juntando nuestros dedos. —Entonces te voy a mostrar las zapatillas más hermosas que veras el día de hoy—dice levantándose—gracias Rin—me dice y sé que se esfuerza en no llorar. —No hay nada que agradecer, ahora vamos a ver esas zapatillas—me regala una sonrisa y caminamos adentro.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD