Al caminar hacia el estacionamiento vemos a Felipe. Cabe destacar que se ve muy apuesto recostado del capó de su auto. Lleva puesta una camiseta blanca, chaqueta de cuero negra, pantalones negros y los zapatos iguales. Al vernos, se pone de pie y abre sus brazos para recibirnos —Esta noche seré la envidia de muchos hombres —dice. Nos saluda de besos y nos hace dar una vuelta para silbar con chulería. Felipe es una persona muy peculiar. Aunque me estoy acostumbrando a su personalidad, puedo decir que es un hombre bastante fácil de tratar. Te hace sentir en confianza sin pasar de la raya y eso me gusta—. Señoritas, hoy nos vamos a divertir —dice luego para así abrirnos la puerta de su auto. Pam me hace subirme adelante y con un poco de recelo lo hago. No es que él me intimide, es solo que a