Samira Siento sus cálidas manos tocarme con derecho, un derecho que yo no le he otorgado, pero que sin duda alguna disfruto. Mi corazón palpita muy rápido, me siento en una especie de atmósfera llena de deseo, lujuria, pasión… tres sentimientos que no creí volver a sentir. No nos detenemos, la verdad es que no quiero que pare. Estamos en medio de un parque dando un pequeño espectáculo al besarnos de esta manera tan excitante, pero no me importa. Erick está muy deseoso, realmente puedo sentí que quiere llevar esto a otro nivel, y yo también. —No te imaginas cuantas veces imaginé este momento, Samira —no respondo, sigo besando sus labios, posiblemente esto sea solo un momento, tal vez mañana volvamos a ser unos completos desconocidos así que hoy yo lo voy a disfrutar al máximo—. Dime que m