La fiesta de fin de año en casa de Melani estaba en pleno apogeo. La música resonaba alegremente, las luces festivas parpadeaban, y las risas llenaban el aire. Los colores brillantes de las decoraciones se reflejaban en los ojos de los asistentes, llenándolos de alegría y esperanza para el año nuevo. Justino, a su lado, se sentía parte de la familia, aceptado y feliz. Cada vez que alguien se acercaba a saludarlos, él notaba cómo Melani lo miraba con orgullo y cariño, tomándolo de la mano con firmeza y calidez.
Los invitados bailaban y conversaban, creando un ambiente cálido y acogedor. Melani y Justino intercambiaban miradas cómplices, sonriendo al ver cómo sus seres queridos disfrutaban de la noche. A medida que la música aumentaba de ritmo, Justino se unía al baile, riendo junto a Melani mientras giraban y se movían al compás de las melodías festivas.
"Te ves increíble esta noche," le susurró Justino a Melani durante un momento de descanso. Ella sonrió, sus mejillas enrojeciendo ligeramente, y respondió: "Gracias, tú también luces muy bien." Sus miradas se encontraron y, por un momento, parecieron ser los únicos en la sala.
La madre de Melani se acercó a ellos, con lágrimas de alegría en los ojos. "Estoy tan feliz de verlos así," dijo, abrazando a ambos. "Ustedes dos tienen algo especial." Justino sintió un nudo de emoción en su garganta y, con una sonrisa, agradeció a la madre de Melani. Se sentía profundamente agradecido por la calidez y la aceptación que le brindaba la familia de Melani.
Melani y Justino disfrutaban de la celebración, sabiendo que al día siguiente se embarcarían en una nueva aventura: una visita a la casa del padre de Justino. Justino tomó a Melani por la cintura y le dijo en voz baja: "No puedo esperar a que conozcas a mi familia. Sé que les encantarás tanto como a mí."
La noche avanzó rápidamente, y pronto llegó la medianoche, marcando el comienzo de un nuevo año y un nuevo capítulo en sus vidas. Justino y Melani se abrazaron fuerte mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo. "Feliz Año Nuevo," susurró Melani, sus ojos brillando con emoción. "Feliz Año Nuevo," respondió Justino, besándola suavemente.
A la mañana siguiente, Melani, Justino y el hermano de Melani se prepararon para el viaje. Melani estaba nerviosa pero emocionada por conocer mejor a la familia de Justino. Mientras se vestía, se miró al espejo y respiró hondo, tratando de calmar sus nervios. "Todo irá bien," se dijo a sí misma. Justino, por su parte, estaba ansioso por mostrarle a Melani el lugar donde había crecido y presentarla a su madre.
"¿Lista?" preguntó Justino, sonriendo mientras le tendía la mano a Melani. "Lista," respondió ella, tomando su mano con determinación. El hermano de Melani, que había observado la escena, sonrió y dijo: "Estoy seguro de que les irá genial. Vamos, no hagamos esperar a mamá y papá."
Durante el viaje, Justino y Melani conversaron sobre sus expectativas y nervios. Justino le contó historias de su infancia, de los juegos en el campo y las travesuras con sus amigos. Melani reía con cada anécdota, sintiéndose más conectada con él a medida que compartía esas partes de su vida. "No puedo esperar a ver esos lugares," dijo Melani, sus ojos brillando con anticipación. Justino la miró con ternura y le apretó la mano, sintiéndose más seguro con cada kilómetro que recorrían juntos.
Finalmente, llegaron a la casa de los padres de Justino. La madre de Justino los vio acercarse desde lejos y, al ver a Melani, sintió una oleada de emoción. "Es tan hermosa," pensó mientras los observaba. Al llegar, Melani la saludó con una sonrisa cálida y se ofreció a ayudarla a servir la comida y preparar los mates.
"Encantada de conocerte, señora," dijo Melani con una sonrisa radiante. "He escuchado tantas cosas buenas sobre usted." La madre de Justino, conmovida por la atención y simpatía de Melani, le respondió: "El placer es mío, querida. Eres aún más encantadora de lo que Justino me ha contado."
Mientras trabajaban juntas en la cocina, la madre de Justino pensó para sí misma que Melani era una niña muy bien educada y que le gustaría conocer a sus padres antes del casamiento, si eso fuera posible. "¿Te gustaría venir a cenar con nosotros alguna vez?" preguntó la madre de Justino. "Me encantaría conocer a tus padres."
Melani sonrió y asintió. "Sería un honor, señora. Estoy segura de que mis padres también estarán encantados de conocerla."
El padre de Justino recibió a Melani y a su hermano con una sonrisa amplia. "Bienvenidos," dijo, invitándolos a sentarse. Justino los presentó formalmente, y la conversación pronto giró hacia los acontecimientos recientes.
Justino relató cómo le había ido con el padre de Melani y la decisión de esperar un tiempo antes de casarse. El padre de Justino asintió con aprobación. "Me parece lo correcto," dijo, mirando a Justino con seriedad. "Por ahora, disfruten su noviazgo sin traer sorpresas antes de tiempo. No quiero que me vengas con el domingo 7 antes del casamiento."
El padre de Justino continuó con su consejo, compartiendo su sabiduría con los jóvenes. "Deberían usar este tiempo para conocerse mejor y conocer a la familia del otro. Al casarse, uno se casa con la familia del otro también. Es importante aprender a encajar no solo con su pareja, sino con su familia. Cuando te casas, pasas a ser parte de la familia de tu cónyuge, y ellos de la tuya."
El hermano de Melani escuchaba atentamente, reconociendo la sabiduría en las palabras del padre de Justino. Justino, con una sonrisa alegre, asentía de acuerdo. Sabía que su padre tenía razón y estaba dispuesto a tomarse el tiempo necesario para construir una relación sólida con Melani y su familia.
La madre de Justino llamó a todos a la mesa para almorzar. Las empanadas recién hechas, con ají, ensalada y una variedad de bebidas, fueron servidas con esmero. La comida era deliciosa y el ambiente en la mesa era de calidez y camaradería.
Mientras disfrutaban de la comida, la conversación fluyó libremente. Melani y el hermano de Justino compartieron historias de su infancia, anécdotas divertidas y sus sueños para el futuro. Los padres de Justino también compartieron sus propias historias, recordando momentos felices y desafiantes de su juventud.
Melani se sintió acogida y aceptada por la familia de Justino. La madre de Justino no podía dejar de sonreír mientras observaba a su hijo y a Melani interactuar con cariño y respeto. Sentía que su hijo había encontrado a una buena compañera en Melani y estaba contenta de verla encajar tan bien en la familia.