Corazón de Jinete

Capítulo 18: Fin de año

Llegó la tan esperada fiesta de fin de año. La casa de Melani estaba llena de luces y decoraciones festivas. Los preparativos habían sido exhaustivos, y el ambiente estaba cargado de emoción y expectativa. Antes de llegar a la casa de Melani, Justino y ella se encontraron en su lugar secreto, un rincón tranquilo del campo que ambos amaban.

Melani, con el ceño ligeramente fruncido pero con determinación en los ojos, le tomó las manos a Justino. "Antes de casarme o irme contigo, hay algo que debes saber y respetar", dijo con firmeza. "Quiero seguir montando caballos. No daré mi brazo a torcer en ese tema. Es parte de quien soy."

Justino, sorprendido pero lleno de admiración, le respondió con una sonrisa cálida. "Ni lo había pensado, Melani. Estoy seguro de que juntos creceremos aún más en la práctica del arte de montar nuestros caballos."

Melani dejó escapar un suspiro de alivio, sintiéndose más tranquila y comprendida. De la mano, caminaron hacia la casa de Melani, listos para enfrentar lo que viniera.

Cuando Melani y Justino llegaron, la atmósfera en la casa de Melani se tornó eléctrica. Los hermanos de Melani, al ver a Justino, intercambiaron miradas llenas de suspicacia y murmullos apenas audibles. Lucas, el hermano mayor, frunció el ceño y se acercó a Justino con gesto desafiante, como si intentara intimidarlo antes de que su padre apareciera. "¿Qué haces aquí, Justino?", espetó, con una voz que dejaba claro que no le agradaba la presencia del joven.

Sus hermanas, María y Clara, observaban desde la distancia con preocupación en sus ojos. María, la más cercana en edad a Melani, se mordía el labio inferior mientras observaba la escena, consciente de lo importante que era para su hermana esta noche y lo delicado que podía volverse todo. Clara, la menor, parecía estar al borde de las lágrimas, sin entender del todo por qué toda la casa parecía estar revuelta.

En medio del alboroto, llegó el padre de Melani. Con voz firme y elevando un poco la voz, preguntó: "¿Qué está pasando acá?" Todos se quedaron estáticos.

Los hermanos de Melani se apartaron un poco, dejando espacio para que su padre pudiera ver claramente a Justino, quien se mantenía junto a Melani, con la determinación marcada en su rostro. La madre de Melani, en un rincón de la habitación, luchaba contra las lágrimas al ver a su hija en el umbral de una nueva etapa de su vida.

Justino, con respeto y determinación, lo saludó. "Buenas tardes, señor. Quería hablar con usted."

El padre de Melani asintió, mirando al joven con curiosidad y autoridad. "Pase, muchacho. No se quede afuera. Vamos a tomar unos mates a la mesa y a conversar. Melani, sintiendo la necesidad de intervenir antes de que la situación se volviera más tensa, se acercó más a su padre. "Papá, Justino y yo..."

El padre de Melani la interrumpió suavemente, poniendo una mano en su hombro para calmarla. "Lo sé, Melani," dijo con suavidad. "Pero necesito escucharlo de él."

Los demás, no se queden mirando. Vayan a hacer sus tareas. Aún no termina el día, la fiesta es en la noche y quedan varias cosas por hacer."

Melani y Justino, acompañados por los padres de Melani, entraron a la casa. La madre de Melani comenzó a preparar el mate mientras Melani servía pastelitos y tortas fritas. El padre de Melani, una vez sentado frente a Justino, lo miró con seriedad y preguntó: "¿Qué quieres hablar? Ya vi que venías de la mano con mi hija, y también sé de los rumores del pueblo. No soy sordo ni ciego. Quiero que seas sincero."

Justino miró al padre de Melani directamente a los ojos, consciente de la importancia de este momento. "Me gusta su hija señor y quiero hacer las cosas bien. Vengo a pedirle permiso para formalizar con ella, ser su novio y, nervioso pero decidido, casarme con ella." comenzó, su voz mostrando determinación pero también un toque de nerviosismo por la respuesta que podría recibir.

El padre de Melani frunció el ceño, meditando las palabras de Justino mientras los demás miembros de la familia observaban en silencio, expectantes. Era evidente que cada uno de ellos tenía sus propias emociones en juego, desde el deseo de proteger a Melani hasta la preocupación por el futuro incierto que se vislumbraba.

El padre de Melani, después de unos momentos de silencio cargado, finalmente habló. "Está bien," dijo con calma, mirando a Justino con una mezcla de seriedad y curiosidad. "Pero, joven, sabes que tu padre y yo fuimos amigos. Las cosas han cambiado."

Justino asintió, sintiendo el peso de las palabras del hombre frente a él. "Lo sé, señor. Mi padre me contó."

El padre de Melani lo miró con intensidad. "Entonces, dime, ¿por qué crees que eres adecuado para mi hija?"

Justino respiró profundamente, reuniendo sus pensamientos. "Porque la amo, señor. Y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para hacerla feliz."

El padre de Melani llamó a su hija, que venía con el mate junto a su madre. "Melani," dijo, "¿es cierto lo que dice este muchacho? ¿Ustedes se aman? ¿Realmente estás enamorada?"

Melani, nerviosa pero decidida, respondió: "Sí, papá, así es."

El padre de Melani pareció considerar estas palabras por un momento, su expresión suavizándose ligeramente. "Muy bien," dijo finalmente, con una leve inclinación de cabeza. "Pueden ser novios. Pero para casarse, tendrán que esperar. Necesito asegurarme de que ambos estén listos."

Melani sintió un peso levantarse de sus hombros, aunque sabía que aún había desafíos por delante. "Gracias, papá," dijo con sinceridad, mirando a Justino con una sonrisa nerviosa pero feliz.

La madre de Melani aprovechó el momento para intervenir nuevamente, sirviendo mates y pasando pastelitos entre los presentes. "Vamos a celebrar esto como se debe," Melani, llama a tus hermanos. Ya está bueno de tantas tareas; tienen que bañarse y preparar el asado."

El ambiente se relajó un poco más, y todos se dispusieron a disfrutar del momento, con la esperanza y el amor como protagonistas del futuro que estaban comenzando a construir juntos.