Tanteé la cama, buscando a Alessandro pero no estaba. Fruncí mi ceño y abrí mis ojos, no había ningún ruido en el baño ni en el armario. Tal vez ya está desayunando —pensé, mirando la hora y viendo que, si no me movía cuanto antes, se me haría tarde para alistarme y tener lista a Lucia. Ya llevábamos varios días de casados y habían sido alucinantes, no habíamos tenido nuestra luna de miel por obvias razones en la empresa, así que estaba pospuesta para otro momento, en cuanto vine a vivir a su casa…nuestra casa, me dejo el libre albedrío para decidir sobre toda la decoración, él quería que fuera mas hogareña, que tuviera la mano de una mujer y eso hice. Lucia tenía un cuarto aún más grande y la habitación principal era sorprendente, teníamos para cada uno un armario mas grande que el de