Era fin de semana, lo que significaba levantarme lo mas tarde posible, no quería hacer nada en el día de hoy y la pasaría entre las sabanas de mi suave cama mientras hacia una larga maratón de películas. Eso haría si no tuviera una hija y un falso novio intenso, sin la capacidad de sobrevivir un fin de semana sin verme. Eran las ocho de la mañana cuando Alessandro entró a mi habitación y literalmente se acostó encima mío para levantarme, creí morir del susto, pero no. Ahora me había bañado y arreglado para desayunar como una “familia” palabras de él, no mías. Estaba tan emocionado que, aunque estuviera enojada con el por levantarme temprano y de esa manera tan brusca, no podía reprochar nada. Era la primera vez que Lucia tenia este tipo de despertar, su sonrisa en el rostro me hacia