Había salido el sol y la luz reflejaba directamente a mi rostro, iba a ser un día largo; anoche después de hablar con Sebastián y definir detalles sobre las estructuras del hospital Melithes Kerls quedamos en que iríamos hoy a supervisar unas áreas y así conocería parte del proyecto, mis ánimos no eran el mejor, pero se lo prometí a mi hermana y debo cumplir, le dije a Sebas que me acompañara, conocía las estructuras, se había reunido en números de veces con los doctores del servicio y directores, quien mejor que él para guiarme.
-¿No te vas a ir ahora verdad?- escuche la voz de la pelirroja que estaba a mi lado, no recuerdo su nombre, la conocí, anoche en una reunión de negocios con unos españoles y digamos que ambos celebramos por cerrar el contrato, y no estuvo mal.
-Tengo que trabajar, no me gusta llegar tarde y tú vas a perder el vuelo.
-Valdrá la pena, ¿no crees?
-Bueno, me quedan unos minutos, además que clase de anfitrión sería si te dejo ir sin regalo de despedida.
Una hora más tarde iba saliendo del hotel, para un día largo nada mejor que empezar con un buen pie y sexo, en eso suena mi teléfono.
-Buenos días, Sebastián. ¿Dónde estás?
-No es, Sebastián guapo, solo me cercioraba que de verdad vas a ir hoy al hospital.
-Lo que todo hombre quiere escuchar, su pequeña hermana llamando a primera hora de la mañana para decirle que hacer.
-Para empezar no te digo que hacer, me cercioró que vas a hacer y por último todo hombre necesita que una mujer lo guíe en el camino, incluso tú, ustedes son básicos hermano.
-Una mujer guiando mis pasos no es algo que veo en mi futuro, ustedes lo complican todo.
-Algún día vas a encontrar esa mujer y te veré haciendo justo eso guapo, ya te acordarás de mí. Cambiando de tema, Sebas va saliendo a la constructora. ¿Gabriel?
-Sí.
-Ve con mente abierta, piensa que es por los niños, ayudar a esas personas, las más necesitadas, no te vayas a cerrar por comentarios o por trato de las personas.
- Vaya, si me dices eso es por qué no me voy a llevar una buena impresión de los trabajadores de ese centro. Solo te digo si hay algo que no me gusta, lo diré, mi tiempo y dinero no es algo para estar regalándoselo a cualquiera, ¿nos entendemos?
- Si gruñón, no son los trabajadores, es que los directores o jefes, como quieras llamarlos, no son precisamente las personas más agradables y tratable que existen, tú no eres la persona más paciente que conozco.
-Bueno, veremos, tengo que colgar, cuídate, dale un beso a mis terremotos.
_*_
La reunión se había aplazado para el medio día debido algunos compromisos, unas horas más tarde ahí estaba frente a un hospital en una zona totalmente fuera de serie, hay lugares en el país que no son los mejores, donde viven los menos privilegiados, no había tenido la oportunidad de ver en persona una zona tan precaria, en el momento que entramos a la parroquia de San Pedro todo se volvió muy gris, había niños en las calles que deberían estar en sus escuelas, mujeres en esquinas con objetos de venta, señores de tercera edad sentadas en pequeñas sillas ubicadas en una plaza, jóvenes que podrían ser niñas con bebes en brazos junto a hombres que podrían ser sus padres, la mayoría de las casas deteriorada, no sé cómo podrían mantenerse en pie si pasara un terremoto o huracán, era deprimente, sé dé la necesidad y hambre de algunos, pero verlo en persona de esa manera, vivirlo, era muy diferente, empecé a entender a Sabrina.
Cabe destacar que no había lugar donde mirara y no viera pequeños grupos de jóvenes que parecían antisociales, sentía que me iban a robar, secuestrar y matar en cualquier momento, menos mal que traje guardaespaldas, si no mi cadáver ya estaría en uno de esos basureros con moscas en mi boca, pero al llegar al hospital fue lo más “bonito" entre tanta oscuridad.
-Quita esa cara hermano, parece que estuvieras entrando a un mundo desconocido o peor como si fueras camino al infierno.
-No te burles Sebastián, esto es horrible, ¿cómo pueden vivir así, viste a la niña de la esquina? No podría pasar de unos 14 años y tenía un bebé amamantando en vez de estar en la escuela, las casas, por Dios; parecen de papel y mal hechas, podrían venirse encima de ellos mientras duermen.
-Hay cosas peores que esa mi hermano, no es lo mismo verlo por noticieros, periódicos o escucharlo de los demás que verlo en persona, si escuchas sus necesidades, creerme que te empiezas a preguntar ¿cómo pueden existir dos mundos tan diferentes en un mismo lugar? En estas casas, calles y personas hay cada historia que te hace sentir agradecido de la vida y de lo que tienes, te nace ayudar y portar un grano de arena para mejorar sus vidas.
-Algunas veces he tenido que pasar por sitios precarios, incluso interactuar con las personas, pero nunca algo así, ¿cómo pueden vivir así, como lo aceptan?
-¿Aceptar?, ellos están acostumbrados a vivir con lo poco que se les brinda, a pelear por cada cosa que tienen, para lo que nosotros nos parece importante, para ello la mayoría de las veces es una estupidez, viven de manera muy diferente. Gabriel, ellos no aceptan vivir así, ellos están obligados a vivir así y luchan cada día para salir de la vida que les toco.
-En este momento es cuando yo digo por qué los gobernantes se llenan la boca en las reuniones diciendo que todo está bien, que van mejorando y se ven cosas como estas.
-En las próximas reuniones coméntalo a ver como dejas de ser el gran ídolo Gabriel Ziegermman para empezar hacer odiado; ahora calma el humo, mente abierta que es hora de entrar al castillo.
-Muy gracioso, no he entrado aún y ya me da grima.
-No está tan mal como sus alrededores, por favor cuando entremos con los directores aplaca el mal genio y ten paciencia.
Respire profundo, baje del carro después de que estacionáramos y los muchachos aseguraran el perímetro, la fachada del hospital no estaba tan mal, es un edificio de ocho pisos, de color blanco con azul, le faltaba un poco de retoque, pero no estaba tan mal, ocupaba casi media cuadra de la calle, la entrada era enrejada de color n***o con dos hombres de seguridad que parecían de todo menos de seguridad, por lo menos no dejaban pasar a nadie que no tuviera carnet que identificara que era trabajador de la institución, había como unos seis escalones antes de llegar, un patio con fuente donde estaban sentadas algunas personas y niños jugando alrededor. Al acercarnos al buró donde estaban los vigilantes, nos preguntaron qué necesitábamos.
-Buenos días, tenemos una reunión con el director Odell, nos están esperando - dijo Sebastián mientras yo observaba cada centímetro que tenía a la vista.
-Voy a notificar que me dicen y si el doctor está, porque no lo he visto entrar. ¿De parte de quién?
-Dígale que es el Sr. Duarte y el Sr. Ziegermman.
Llama alguien por radio y le haces las respectivas preguntas, durante los 5 minutos que duramos esperando a que le llegara respuesta al vigilante vi pasar a varios doctores, enfermeros, pacientes y familiares por lo que se podía escuchar, algunas doctoras y enfermeras eran muy hermosas, algunas se bajaban de carros muy elegantes.
Otras llegaban caminado desde los distintos servicios de transporte, pensé; ¿cómo puede alguien caminar con tanta tranquilidad casi una cuadra para llegar al hospital?, ¿por qué la parada de autobuses y trenes era a una cuadra del hospital?. Pasar una plaza, cruzar una calle donde se observaban jóvenes de muy mal aspecto, podrían robarles, golpear y dios sabe que cosas más, se escuchan como esos jóvenes les decían cosas no muy agradables a aquellas señoritas, ¿cómo sus maridos o novios podían permitir que su pareja se arriesgara de esa manera?.
-¿Gabriel? ¡Gabriel!
-¿Dime, que pasa?
-Eso te pregunto yo, estás ido. Vamos, que nos están esperando.
-No puedo creer que Sabrina haya venido para este sitio y tú lo hayas permitido. ¿Vistes esos tipos?, jóvenes mejor dicho, podrían hacerle algo.
-Primero a tu hermana nadie le puede prohibir algo, segundo las dos veces que ha venido ha sido con seguridad y tercero quita esa cara de amargado y pon tu mejor sonrisa que vamos a hablar con los jefes.
-Buenas tardes, señores, soy Dará la secretaria del director, si nos disculpan el doctor está saliendo de una reunión y viene en camino, si gustan sentarse, les traigo un café o desean otra cosa.
Muy agradable y guapa la joven, pero ni loco voy a ingerir algo proveniente de este sitio.
- No gracias, ¿sabe a qué hora llegará él, doctor o director? Habíamos quedado que la reunión era al mediodía y ya van a hacer las dos de la tarde.
-Si, señor, lo que sucede es que al doctor se le complicó un paciente en su otro trabajo, pero viene en camino.
-¿Otro trabajo? ¿Podemos ir viendo las instalaciones o llamar a otro de los jefes?
-Si déjeme y les ubico a cualquiera de los otros dos jefes que estén en la institución.
-Muy amable - contesta Sebastián al ver que no iba a responderle.
Si hay algo que odio en esta vida después de la mentira y la traición es que me hagan esperar. Después de media hora de ignorar un café y ver como la secretaría del director irresponsable trata de llamar mi atención, aparece uno de los directores o jefes, o lo que sea, ya me estaba desesperando.
- Buenas tardes, disculpe la demora, es que tenía una emergencia que atender. Soy el Dr. José Fermín, sub director del hospital y cirujano, un placer.
Estira su mano y yo aún no me decido si golpearlo o insultarlo; me decido por lo más decente, educado y por la mirada de Sebastián devolverle el saludo.
- Un placer, Ziegermman y el Sr. es Duarte. Estamos esperando al Sr. Odell, habíamos quedado al mediodía para una reunión sobre los avances de las áreas del hospital, las consulta, etc.
-Si él viene en camino, solo que se le presentó un inconveniente, pero dijo que venía llegando. ¿Pero si quieren tomarse algo mientras llega?
Mi humor se iba a rebosar voy a explotar.
- No gracias, no queremos tomar nada, llevamos esperando mucho tiempo y mi tiempo es valioso para ser visitas sociales Dr. Así que si podríamos empezar quisiera ver los avances de las distintas áreas a lo que se le ha donado para hacer los arreglos.
-Señor, no se moleste, pero debe entender, somos médicos y a veces nos salen emergencias que debemos resolver. Y aun así, aquí estoy yo que deje mi servicio y paciente para atenderlo y pude no hacerlo.
-¿Me está diciendo que está perdiendo su tiempo para venir hablar conmigo y yo debo entender y agradecer ese gesto?. Respiro- ¿Pero usted no puede entender el mío, por qué no soy médico?, soy un hombre ocupado y saque tiempo para venir a este lugar, lo mínimo que pido es que se tome la misma consideración.
-Gabriel, cálmate - me dice Sebastián - lo bueno es que ya nos vinieron a recibir y podemos hacer él tours y revisar las obras o las áreas, ¿usted nos puede llevar?- señala Sebastián.
En eso entra a la oficina un señor en traje bien parecido, hablando por teléfono, muy tranquilo, al vernos cuelga.
- Disculpen la demora, la reunión se postergó un poco más. Soy el Dr. Odell y usted debe ser el señor Ziegermman, ¿cómo está, Señor Duarte?.
Por fin el tipo decide llegar de lo más tranquilo, como si mi tiempo no fuera importante, espera dijo reunión, ¿no se supone que era una emergencia con un paciente?. En eso escucho la voz de Sebastián.
-¿Cómo está, señor? Odell, le presento a mi cuñado el Sr. Gabriel Ziegermman, vinimos a ver los avances de cómo están las áreas y las cosas que hemos enviado.
- Un placer, por supuesto, podemos ir, es cuestión de que me digan por donde quieren empezar.
-Me dijeron que tuvo una emergencia con un paciente y ahora me dice que fue una reunión. Tengo la duda, ¿cuál de las dos fue?, no me gusta que me mientan, señor Odell y mucho menos las personas a las cual les estoy ofreciendo ayuda para mejorar las condiciones de trabajo.
Creo que no esperaba una respuesta como esa, el hombre se quedó frío y sin saber que decir, pero mejor es dejar las cosas claras, por Dios ya habían pasado una hora y ya estaba llevándome las peores impresiones de este lugar y su gente.
-De verdad disculpe Sr. Gabriel, estaba en una reunión y se postergó, no sé quién le abra dicho lo del paciente. Y estoy totalmente de acuerdo con usted la honestidad ante todo.
-No me gusta perder el tiempo, señor Odell, y creo que ya he perdido suficiente, así que podemos empezar. Quisiera ver las áreas de prematuros primero y de ahí el resto.
Quería empezar por esa área debido a que era la más extensa, Sabrina tuvo la idea de reconstruir el área de recibimiento donde nacían los bebes porque decía que era muy pequeña, también ofrecerle utensilios como incubadoras y otras sería de materiales que su precio era increíble, también donar algunas sillas y camas para las madres de esos bebés, mejorar o reformar el área de cuidados intensivos, entre otras cosas, pero en el último reporte habían encontrado problemas con las tuberías, los aires y al parecer estaba unido al área de quirófanos, así que decidí que por ahí empezáramos.
-Por supuesto Sr. Gabriel, podemos empezar por esa área, acompáñenme.
Empezamos a caminar y observaba todo, los pisos estaban sucios, las paredes con filtraciones, pasillos con poca luz, cuando íbamos subiendo por unas escaleras, estaban con basuras, el olor era desagradable, no tenía barandales para agarrarse, los ascensores servía solo uno de cuatro, era exclusivo para trasladar a los pacientes y parecía que en cualquier momento se iba a desprender, pasaba cada persona entre trabajadores, familiares y pacientes con aspecto nada agradable, menos mal que adelante iban dos de mis guardaespalda y otros tres detrás de nosotros más lo que estaban en los coches, llegamos al segundo piso donde estaba ubicada él área de prematuro, entramos a un salón de doble puerta, era entrar en otro mundo, había un pasillo extenso donde había cubículos, hacia uno de los laterales había un cuarto que decía UTIN (unidad de terapia neonatal), había quince incubadoras bien organizadas, bien iluminada, pero aún le faltaba tapizar los pisos, colocar el aire, acomodar las tuberías, pero estaban bien avanzados, estaba un grupo de nuestros trabajadores en ese asunto, en la habitación de al lado había mesas, estantes ocupados, me extraño.
-Son las habitaciones de las enfermeras cuando están de turno, aquí guardan y se cambian.- comentó el señor Odell.
-Pensé que esta área iba a ser solo para los recién nacidos y los niños que están delicados.
-Así va a ser, es momentáneo mientras se terminan los arreglos.
-¿Esta habitación? De médicos por lo que veo.
Contesta el Sr. Fermín,- Si hay nos cambiamos nosotros en horas de servicio.
-¿Todos los médicos?, lo pregunto porque veo algunas cosas para ser tantos.
- No, como se le ocurre ahí, solo estamos los especialistas de cirugía y obstetricia.
Definitivamente, este señor cada momento me cae peor.
- En este caso debería ir los pediatras, después de todo es un área pediátrica, ¿cómo va a ver otros especialistas en un área que no le corresponde?-ambos se vieron y luego a mí.
-Es que anteriormente estaban ahí ubicados por el área del quirófano y está más cerca, pero cuando esté todo realizado se reubicaran.- Respondió el director, bonita manera de salirse por la tangente, al otro como que no le hizo gracia, pero si hay alguien más obstinado soy yo, no me agrada que se aprovechen de lo que no es de ellos.
-Eso espero, señor Odell, después de todo nos encargaremos de eso.
Seguimos caminando y vimos un área que era para las enfermeras donde iban a pasar sus tratamientos y hacer procederes, otro donde iban a estar las madres cuando iban a parir, luego pasarlas a cuartos especializados, había otro espacio donde se iban a recibir los bebés, luego dos áreas uno extenso que decía obstetricia y uno pequeño diría que apenas entrara un alfiler que decía pediatría, no quise ni pensar que ese iba a ser el espacio de trabajo de los pediatras. Pero no podía quedar con la duda.
-¿Esa habitación que dice pediatría y obstetricia que iría ahí?
-Bueno, la de obstetricia estarían los médicos obstetras y él de pediatría los pediatras. - respondió el Sr. o Dr. Fermín.
- ¿No le parece que es muy espacioso el de los obstetra y el de pediatría extremadamente pequeño?. Se supone que está área es de pediatría deberían tener más espacio, obstetricia solo debe monitorizar y esperar que la mujer tenga a su bebe para eso debe estar con la madre y el espacio designado para eso es la otra habitación, si es por anotaciones o lo que hagan no necesitan tanto espacio como el pediatra, después de todo ellos verán los bebes que nazcan, los que están en el área de terapia y hacer procedimiento así que esa habitación debería ser para ellos, Sebastián en cargarte de reubicar esas áreas y las demás que hemos visto; definitivamente hay que arreglar muchos detalles.
Seguimos caminando, la verdad es que las áreas están quedando muy bien, se debe precisar detalles, Sebastián se quedó hablando con ese por un minuto más y hubiera salido con una de las mías. Cuando íbamos saliendo vi un cuarto que decía observación.
-¿Señores esta área que se encuentra?.- me dirige a los buitres esos.
- Es el área de observación de los pacientes críticos de pediatría, son para niños más grandes. - me contesto uno de ellos.
-¿Podemos entrar?.
- Si claro, no es un área que esté en plan de remodelación que ustedes plantearon, pero si podemos verlo. Deme un momento.
Entro por una puerta y pude ver un par de médicos, un doctor y dos doctoras, lo imaginé porque estaban en uniforme, una estaba encima de uno de los niños, podría tener como trece años y los otros dos estaban en un escritorio, el doctor se acercó a nosotros cruzo un par de palabras con el director y a los minutos ya estábamos adentro.
Ellos empezaron hablar, discutir sobre algunas cosas de las estructuras, yo solo podía ver a un niño que estaba acostado, conectado a unos cables, tenía sus ojos cerrados, dormido, se veía tan frágil, débil, podría tener como dos o tres años; ¿cómo podía haber un ser tan pequeño luchando por vivir?.
-¿Qué tiene el niño?- pregunte a uno de los doctores, me contesto una de las doctoras, muy guapa por cierto y ella lo sabe, su coquetería no pasaba sobre percibida. Pero mi mente estaba en ese niño.
-Tuvo un accidente ayer en la noche, se golpeó en su cabeza, sufrió una hemorragia, ahora está en observación
-¿Pero se va a poner bien?
- No lo sabemos, ha estado muy inestable, aún no abre sus ojos ni responde ante nada.
No pude aguantar, algo me hizo ir hacia al niño, ahí estaba frente ese bebé, acariciándolo me dio un sentimiento de protección, después de mis sobrinos no había sentido nada igual, ese niño me hizo ver tantas cosas, uno se preocupa por tantas cosas banales, lo tienes todo y del otro lado hay gente que no tiene nada, sufriendo, debería estar jugando, corriendo no en una cama conectado a estos aparatos. Le di un beso en la frente y fue como si le dejara una parte de mí a él.
Al fondo escuché una voz de una mujer que entraba saludando a los doctores presentes y por su recibimiento me imaginó que era alguien importante, cuando volteé es una mujer muy guapa de unos treinta y algo de edad, cabello largo, elegante, se veía que era mujer arrogante, que tomaba lo que quería.
- Mucho gusto la Dra. Selia Geller. Jefa del área de observación.- Con más sonrisa que la de un payaso. Quería mi atención y porque no dársela era muy guapa.
- Un placer Gabriel Ziegermman, es un área muy fundamental, debe tener un gran corazón para poder aguantar y ver tantos niños en estado tan delicado.
- No tanto uno se acostumbra, a veces es mejor dejarlos ir que verlos sufrir con las familias que les toca, ¿acaso no ha visto a las personas que habitan esta zona?, no son los más agradables.- Colocando sus manos sobre uno de mis brazos, coqueta. ¿Es en serio?; tiene un niño en coma y dos en estado nada favorable y ella piensa que es mejor que mueran en vez de estar con su familia por ser humildes.
Me hizo pensar si tal vez así nos ven, tan despreciable, desinteresado por los necesitados, eso es una locura. Le sonrió a la dama y al ver hacia un lado, veo una ilusión, no lo puedo creer, ahí está, la mujer que perturba mis sueños, esos labios, ese cuerpo un poco más delgado, pero era ella, con su cara de ángel, agotada pero era ella.
Estaba a unos pasos de mí, hablaba con el Dr. que nos recibió al entrar, se veían muy compenetrados, él le dio un beso y me hizo sentir tanta rabia que no sé cómo aguante para no ir hasta allí y golpearlo por besar esa cara tan perfecta.
Iba camino hacia la puerta, se va a ir, no puedo dejar que se me escape otra vez. De repente se voltea y ahí está, esos ojos color marrones, claro, esos labios, ese rostro frente a mí, mirándome y justo en ese momento inesperado todo dejo de existir, solo ella.