CLARISSE Me encontraba en mi oficina, avanzando con los detalles finales para la publicación de la revista de homenaje, cuando de pronto y sin previo aviso Luna entra en mi oficina con una enorme sonrisa y se instala frente a mí. La observo con curiosidad y ella lleva ambas manos a sus mejillas. —¿Qué tal anoche? —pregunta emocionada. Le sonrío y cierro los ojos, suspiro y luego solo digo: —Anoche fue una velada sorprendentemente maravillosa. Mi mejor amiga deja salir un grito agudo y toma mis manos entre las suyas. —Cuéntamelo todo. —Ricardo es un caballero, te lo juro —muerdo mi labio inferior, reteniendo la sonrisa que quiere escapar—. Es divertido, me reí tanto, tiene un humor muy particular. —Y ya sabes lo que dicen, amiga —Luna alza ambas cejas y me mira con picardía—: Do