SAMUEL Despierto y poco a poco abro los ojos, mientras mis brazos rodean el cuerpo de Clarisse, quien está de espaldas a mí. Me alzo sobre mi mismo para observar su rostro y veo como duerme plácidamente. Sonrío al verla descansar, porque imagino lo agotada que debe encontrarse, tanto física como emocionalmente. Deposito un delicado beso en su mejilla y luego me levanto de la cama, cuidando de no hacer ruido para no despertarla. Salgo de su habitación con todas mis pertenencias y cierro la puerta. Observo la hora en mi celular y veo que apenas son las 8:00 AM, aprovecho y le escribo a Gabriel para informarle que llegaré un poco tarde a la oficina, debido a que hoy es mi segundo día de terapia con la psicóloga. Voy hasta la cocina y me encargo de preparar el desayuno para Clarisse, la