SAMUEL Despierto con un dolor de cabeza horrible, poco a poco abro los ojos y la luz me encandila, hace que me quiera arrancar la cabeza. Por unos minutos me siento bastante confundido, pero luego recuerdo dónde estoy y lo que sucedió anoche con Clarisse Méndez. Me siento en la cama y al no verla a mi lado me asusto, porque en nuestra condición de amigos estas cosas no deberían suceder y me temo que fui yo quien vino ebrio hasta su casa y luego generé la instancia para que termináramos teniendo sexo. Lo cierto es que luego de haber bebido lo suficiente, seguía sintiéndome vacío y necesitaba a Clarisse a mi lado, conmigo. Por eso finalmente decidí ceder ante mis impulsos y venir a su casa a rogarle que me deje dormir aquí. Además, cada vez que cerraba los ojos veía a Olivia y eso er