Narra Emily. —Estas seguro de ello—. Esa voz hace que mi corazón de un brincó. —Suéltala no te lo vuelvo a repetir maldito imbécil—. Lo quita de encima y lo tira así estrellándolo contra la pared. —¿Quién eres tú?—. —Eso a ti que carajos te importa, te metiste con mi mujer y te voy a enseñar que con las mujeres ajenas nadie se debe meter—. Me levanto y me coloco detrás de él. —Estas bien mi amor—. Asiento, mi corazón se alegra de escuchar esa palabra. —Así que quieres problemas, vamos viejo no te metas en problemas por esta puta—. Mi sangre hierve como se atreve, doy un paso pero Daimon levanta su mano. —¿Como la llamaste?, tal vez escuche mal—. —Es una puta estoy seguro que se revuelca con ese profesor—. Aprieto mis puños. De un parpadeo Daimon lo toma del cuello y lo suspende en e