Capitulo Uno

911 Words
Familia Real H'Artagnan. Primer elemento, agua.  Caballeros. El primer elemento en surgir y ayudar a los reyes en su arduo trabajo de conquista y gobierno fué el elemento Aqua, la familia que llevaba aquel linaje en sus venas, en su sangre, desde tiempos remotos se apellidaba H'Artagnan. Eran los caballeros en los cuales la realeza depositó su mayor confianza, con un símbolo particular en su emblema familiar y espadas y armaduras mágicas, únicas en su tipo llevaban el orden y la paz; aliados inseparables de las familias Minoujin -Terra- y Hamilton -Aero- y rivales naturales de la familia Moneth -Pyro-. El duque Louis, joven apuesto de cabellos castaños y bonitos ojos grises había contraído matrimonio a los veinte años de edad con la hermosa Karenina Kristoff quién en ese momento era dos años menor qué él, la muchacha logró cautivar el corazón de aquel petulante chico con solo una noche y una pieza de baile en un evento social muy concurrido. Cabe destacar que los primeros intentos de conquista por parte del joven duque no dieron el resultado que él deseaba, tras muchos regalos y citas que la jovencita rechazaba fervientemente, Louis logró llegar al corazón de Karenina cuando defendió su honor delante de varios jóvenes que se burlaban de ella. Las familias estaban encantadas con su relación y tras algunas súplicas ella decidió aceptar ser su esposa, obviamente muy enamorada. Tiempo después de la boda, Louis y Karenina anunciaron al mundo y a sus amados reyes, que venía en camino el siguiente y futuro H'Artagnan; una hermosa fiesta se llevó a cabo cuando se supo que aquel precioso bebé era nada más y nada menos que un varón, la celebración duró dos días completos y las familias vecinas fueron cordialmente invitadas. —Se te ve muy feliz Louis— dice su esposa paseando por la habitación. El hombre voltea a ver a su amada, observa como prepara la cuna de su hijo y la ropa en sus cajones, la mujer bien testaruda, se había negado rotundamente a que una criada hiciera aquel trabajo ya que ella quería hacerse cargo de todo lo que estuviera relacionado con su pequeño heredero.  Louis deslizó la mirada por el cuerpo de la fémina y se detuvo en aquella abultada pancita que se escondía detrás de un fino vestido de verano color beige; sonrió, claro que estaba muy feliz, ansiaba con todas sus fuerzas tener al pequeño en sus brazos, poder llamarlo y verlo jugar, pero sobretodo verlo aprender aquello que le enseñaron a él mismo cuando fué un niño y claro, ser quién le brindara esos conocimientos al niño. —Lo estoy— responde suspirando—Karenina, no hemos hablado del nombre. —¿Tienes algo en mente?— pregunta la mujer viéndolo con una sonrisa. —Pues... Me gustaría que se llamara Thomas— dice el castaño sonriendo de lado. Sonriendo y satisfechos, decidieron que era el nombre perfecto para su hijo y la noticia no tardó en hacerse escuchar ya que dos días después de ello el pequeño Thomas llegó al mundo, su madre sufrió algunas complicaciones en el parto pero afortunadamente logró salir adelante asistida por los médicos reales que la Reina Genevieve había mandado especialmente para ella a la clínica dónde había sido ingresada.  Desafortunadamente, Thomas no pudo recibir la bendición de los gobernantes ya que tiempo después, exactamente un año y un mes fueron asesinados en el cumpleaños de su propia hija. Se preguntaran, ¿por qué no darle la bendición antes? Quizás durante su bautismo, pues verán; una de las tradiciones en Hevolear era que al cumplir el primer año de vida todos aquellos primogénitos y primogénitas– de familias nobles o reales– recibían en una celebración importante el beso de la Reina y un colgante otorgado por el mismísimo Rey con el emblema de su familia. La familia del duque Louis y la duquesa Karenina se agrandó aún más cuando dos años después nacieron las mellizas Itzel y Meredith H'Artagnan, las pequeñas fueron la gloria de su padre ya que él aseguraba que eran una copia exacta de su bella esposa y que su hijo mayor era la de él. —Son hermosas— dijo Louis viéndolas en sus cunas dormir. —Son feas— dijo el pequeño Thomas. —Tom, no digas eso, son unas bebés y son tus hermanas— lo reprendió su madre. Louis intento ocultar la risa que le provocaba los celos de aquel niño de ojos grises, evitaba tomar todo a la ligera cuando su mujer estaba dándole algún sermón a su hijo ya que no quería desautorizarla frente al niño, pero incontables veces había sido en vano ya que las travesuras de Thomas generaban las mayores carcajadas del hombre. —Deja de reír Louis, puedo verte aún cuando volteas— aseguró su mujer. — ¿Eres bruja acaso?— fingió terror. —Y de las peores— sentenció Karenina rodando los ojos y saliendo de la habitación. Karenina sabía perfectamente que su esposo era todo un dramaturgo, siempre gustaba de hacer bromas y dramas tan reales que terminaban creyéndoselo todos y a veces causaban problemas, pero ciertamente era una de las cosas que más amaba de él pues aunque el duque asegurara que solo lo hacía por mera diversión la realidad era otra; Louis H'Artagnan era un sentimental como los que no habían, y sus dramas eran tan vívidos y sentidos como él los interpretaba. Dicho linaje aceptó que su primogénito se preparara para enfrentar a los otros tres descendientes de caballeros elementales por el trono y corona de Hevolear, al culminar sus estudios y prácticas se llevaría a cabo la disputa y nadie sabía cómo ni dónde ni mucho menos de qué se trataría aquello.
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