La criatura de n***o pelaje caminaba lentamente hasta los estudiantes, los observaba con enojo e incertidumbre, de pronto se lanzó contra un grupo de jóvenes quienes no dudaron en moverse y evadir las grandes fauces del animal. —¡Corran! ¡Es un lobo elemental, no peleen con él!— gritó el señor Piers. Todos sabían que los animales del bosque eran sumamente peligrosos, mágicos y sobre todo indomables; especialmente los elementales, aquello que habían nacido de un elemento y sus vidas eran alimentadas y abastecidas por los mismos, debías ser muy fuerte tanto física como mentalmente para poder estar a la altura de esos seres mágicos sacados, a veces, de innumerables cuentos para niños. —¡Marianne!— gritó Anette aterrada. El enorme perro corrió hasta la rubia, lanzándole un zarpazo con sus