Narra Gabriel Luego de desayunar me reuni con uno de los proveedores de la hacienda. No me gustaba la idea de dejar sola a Soledad, pero le dije a Carolina que no se alejará de ella, que le hiciera compañía. También le serviría para que no se sintiera sola. Por la tarde ya estaba libre de mis asuntos. Regresé al interior de la hacienda. Fui a buscar a Soledad a la sala de entretenimiento, abrí la puerta despacio para no hacer ruido en el caso que estuviera dormida, ahí estaba ella, con un jugo de manzana viendo televisión, se tocó la garganta por un momento. Ingresé y ella volteó a verme. —Hola, ¿cómo te sientes?—pregunté—¿Y Carolina?—agregue. —Le pedí más jugo, así que esta en la cocina —respondió—. Me duele un poco la garganta, no he podido comer mucho—agregó. Eso no era muy buena s