— ¿Cómo es posible que dejaras que te pusiera condiciones? —preguntó el señor Dávila en su oficina hablando con Fernanda. — ¿Y qué sería hacer negociaciones sin poner condiciones?—respondió la chica. — No sé cómo le vas a hacer Fernanda pero sí fue difícil contactar a Yan Boyer, Kotoko Parisini está en otro nivel. — Solo dime dónde encontrarlo de lo demás me encargo yo. Y creo que necesitaré su carro —el señor Dávila abrió tanto los ojos que le dolieron ante el requerimiento que la muchacha estaba pidiendo. — ¿Y por qué debería yo prestarte mi carro? —preguntó el empresario — ¿Quieres que consiga el contrato con Yan Boyer? —alzó una ceja la muchacha. En la mente de Fernanda pasaba su libertad luego de que el p**o de su hipoteca se hubiera pagado en su totalidad. Soñaba con ese dí