Brett y yo compartimos una ducha refrescante en este lugar que no deja de sorprenderme. En verdad que han pensado en todo. Más que restaurante parece hotel elegante y muy exclusivo. Brett me indica que tengo ropa nueva esperándome y no puedo mas que besarlo para agredecerle su gesto tan considerado. En efecto, una bolsa elegante espera por mi sobre una mesita de madera pegada a la pared de este amplio vestidor. Brett, siempre tan elegante me ha comprado un vestido n***o corto al frente y largo por detrás. La tela es tan suave y hermosa que no puedo evitar deslizar mis manos por ella maravillándome. Creo que nunca dejaré de sorprenderme con todo lo nuevo que estoy experimentando. Se podría decir, que a mi edad, estoy comenzando a vivir. Eso me deprime, pero a la vez me alegra. Ant