CAPÍTULO QUINCE

1452 Words
TOM   Cuando estamos por empezar el descenso, veo que uno de los auxiliares de vuelo está parado junto a Zara tratando de decidir si la despierta o no, es claro que el chico sabe que ella es la jefe de jefes y tal vez teme perder su trabajo si la despierta, pero es importante que lo haga pues su seguridad está en riesgo si ella no endereza su silla y se pone el cinturón de seguridad.   Por lo tanto, me desabrocho mi cinturón y me acerco a ella, el auxiliar de vuelo abre mucho los ojos cuando cae en cuenta de lo que estoy a punto de hacer, pero yo le doy una sonrisa tranquilizadora para indicarle que está bien, sé que ella no va a hacer una escena en frente de sus empleados y también sé que preferiría que la despertaran para que se cumplieran los protocolos de seguridad.   Así que, me acerco a ella y la llamo suavemente: “¿Zara?” pero inmediatamente me doy cuenta de mi error cuando noto al auxiliar de vuelo darme una mirada sorprendida. “Ehhh... ¿Señorita Arlington?” intento nuevamente, pero ella no da ni la más mínima señal de despertarse y me doy cuenta de los círculos negros bajo sus ojos, este debe ser probablemente el sueño más largo que ella haya tenido en meses y me siento mal por tener que despertarla.   Le toco suavemente el hombro y en ese momento ella empieza a murmurar cosas entre sueños, pero lo único que logro entender es: “Bonito reloj” y “Me recuerde,” e inmediatamente siento mi corazón dar un vuelco.   ¿Es posible que esté soñando conmigo? ¿O estaré siendo muy iluso al pensarlo siquiera?   Miro el reloj de oro blanco en mi muñeca izquierda y luego la miro a ella profundamente dormida, se ve tan hermosa y no puedo evitar recordar esa noche hace más de tres años, y la nota que me dejó cuando se fue antes que yo despertara.   Ella tuvo razón, no pude dejar de pensar en ella, pues cada vez que miraba el reloj me acordaba de ella y aún lo hago, aunque ahora ella está tan metida en mis pensamientos, que ya no es necesario un recordatorio de que alguna vez fuimos uno.   Cuando notó la mirada extrañada del auxiliar de vuelo, rápidamente me recompongo de la conmoción por las palabras de Zara, y vuelvo a mi tarea de tratar de despertarla, así que esta vez le sacudo el hombro un poquito más fuerte que antes y veo como ella lentamente va abriendo los ojos y cuando están completamente abiertos, se posan en mí y quedo completamente atrapado en esos iris verdes que parecen saber todos los secretos de mi alma con sólo mirarme.   Ella parpadea confundida un par de veces y luego frunce el ceño, pero sus ojos nunca se apartan de los míos, así que le sonrío levemente y le digo en voz baja:   “Vamos a empezar el descenso, tienes que ponerte el cinturón de seguridad,” pero ella parece no entender lo que le digo y sólo continúa mirándome, hasta que por fin murmura:   “¿Estoy soñando?” con un hilo de voz y un leve tono de esperanza que hace a mi corazón latir aun más rápido que antes, yo le sonrío y ella me sonríe de vuelta, luego parece que va a empezar a decirme algo muy importante, pero en ese momento el auxiliar de vuelo se aclara la garganta y Zara se sobresalta.   “Señorita Arlington, es necesario que se abroche su cinturón de seguridad y que el caballero vuelva a su asiento,” él nos dice con voz apenada, mirando de uno al otro con una ligera expresión de complicidad, como si hubiese notado que algo pasaba entre nosotros.   Zara se sonroja ligeramente y asiente mientras se acomoda en su asiento y el auxiliar le ayuda a volver a enderezarlo mientras ella se abrocha su cinturón, así que de mala gana vuelvo a mi asiento y trato de calmar mi respiración dispar para no levantar sospechas entre los demás.   Una vez el avión ha aterrizado, Zara es la primera en salir y se ve apurada, pasa por mi lado sin darme ni un vistazo y desaparece por la puerta abierta del jet, luego la veo por la ventana mientras se sube a un vehículo y el mismo se aleja a toda prisa, frunzo el ceño ante su extraño comportamiento, preguntándome qué habrá causado que saliera tan deprisa.   Pero luego escucho a su asistente Susan hablar por teléfono mientras recoge sus cosas, y parece estarle diciendo a alguien que la CEO ya va en camino para el sitio de reunión y que debieron haber enviado una confirmación sobre la hora y el lugar, que son muy poco profesionales, entre otras cosas, y suena bastante molesta.   Pobre Zara, asumo que estaba pensando en llegar al hotel, acomodarse, tal vez tomar una ducha y descansar un poco antes de bajar a la primera conferencia del congreso, tal como pensamos hacer todos, pero por supuesto, ella no es como el resto de nosotros y sus responsabilidades hacen que tenga que privarse de pequeños placeres como esos.   -------------------------------------   Después de haberme acomodado en mi habitación de hotel, que afortunadamente no tuve que compartir con nadie, tomo una siesta ligera y después de una ducha, estoy listo para bajar a la sala de conferencias y empezar la jornada de hoy.   Una vez que llego a la recepción del hotel, me encuentro con el resto del grupo y no puedo evitar notar que Zara no está entre el pequeño circulo de personas de nuestra compañía, su asistente Susan tampoco está aquí y asumo que deben seguir en la reunión que hizo a Zara salir corriendo del jet esta mañana.   Pero no me atrevo a preguntarle a nadie por miedo a que sospechen que tengo un interés en Zara más allá del ámbito laboral, por lo que simplemente entro con ellos a la sala de conferencias y aunque al principio estoy distraído pensando en ella, pronto la charla sobre nuevas tecnologías me atrapa completamente y me encuentro realmente disfrutando de la conferencia.   Así que me sorprendo bastante cuando la charla termina y me giro para decirle a James algunos de mis comentarios, sólo para encontrarme con el rostro de Zara a unas pulgadas del mío, mirándome con una risita burlona en su rostro y algo que parece como ¿ternura?   Me quedo completamente sin palabras y absorto en su sonrisa, cuando noto que todos se están poniendo de pie a mi alrededor, por lo que también me pongo de pie y Zara hace lo mismo, ambos empezamos a caminar hacia la salida en un silencio un poco incómodo, pero no pasa mucho tiempo antes de que varias personas empiecen a acercarse a ella para saludarla.     Por lo que sigo caminando hacia la salida, pero de la forma más lenta que puedo sin causar un embotellamiento, haciendo mi mejor esfuerzo por esperarla para ver si tengo el chance de hablar con ella al menos por un par de minutos; no obstante, cada vez que ella se logra deshacer de alguna persona y dar un par de pasos hacia mí, alguien más llega para interceptarla, lo cual empieza a fastidiarla y yo lo noto enseguida pues aunque ella permanezca con cara de póker, su postura dice lo contrario.   Me debato unos segundo entre si debería tratar de sacarla de esa situación o si debería mejor salir y esperar por ella afuera, no sé si sean conversaciones importantes por mucho que le puedan fastidiar y tal vez si la interrumpo ella se moleste.   Estoy parado contemplando mis opciones, cuando de repente escucho que una voz femenina grita mi nombre y Zara gira su cabeza inmediatamente hacia la fuente del grito, yo me giro levemente justo a tiempo para ver una mata de cabello rubio y luego unos brazos me envuelven firmemente mientras yo estoy completamente paralizado por la sorpresa.   No obstante, lo primero que hago no es verificar a quién pertenece el cabello rubio o los brazos que me están aprisionando, sino que miro hacia donde está Zara, quien está mirando fijamente hacia mi dirección con una mirada mordaz e ignorando completamente al hombre calvo que está hablando con ella.   Cuando finalmente desprendo mi mirada de Zara y miro hacia abajo, me encuentro con unos ojos color avellana que me miran expectantes e inmediatamente reconozco a Sophia, la chica con la que salí en varias ocasiones durante mi estadía en Tokyo, quien me está sonriendo como si fuera el día más feliz de su vida y yo no puedo evitar sonreírle de vuelta.
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