TOM
*** TRES AÑOS ANTES ***
No quiero abrir los ojos, no quiero entrar de nuevo a la realidad, pues estoy casi seguro que lo que pasó anoche fue un sueño, tiene que serlo, acabo de pasar la mejor noche de mi vida y no quiero abrir los ojos y enfrentarme con el hecho de que sólo me lo soñé, no sería la primera vez, desde que conocí a Zara llevo soñándome con ella casi todas las noches, esos ojos verdes me atormentan en mis sueños, me tientan, encienden una llama en mí que había estado dormida hasta el momento.
Puedo sentir la luz en la cara y el olor de su perfume llena mis fosas nasales, sonrío al saber que no me lo soñé, pero cuando estiro mi brazo para tocarla, no encuentro nada, abro los ojos de golpe para encontrarme con la cama vacía junto a mí.
No entiendo, si me lo soñé ¿entonces por qué está su perfume en mi cama?
Cuando paso la mano por las sábanas noto una pequeña mancha roja y me quedo congelado por un momento, esto definitivamente no me lo soñé, ella sí estuvo aquí, todo lo que pasó anoche fue verdad, me alegra el pensamiento, pero a la vez me preocupa, la posibilidad de que fuera su primera vez si cruzó por mi mente en un momento, sin embargo, la descarté porque asumí que ella me lo habría dicho de ser así.
Sentí lo apretada que estaba, el esfuerzo que me costó entrar en ella a pesar de lo mojada que estaba, y vi en su rostro un pequeño destello de dolor, pero ella nunca insinuó siquiera que pudiera ser su primera vez, se lo habría preguntado, pero no quería ofenderla si la respuesta era negativa, no quería que pensara que era algo importante para mí, que, si lo es, pero no era vital, y conociendo a Zara, probablemente se hubiese ofendido si se lo preguntaba.
Estoy sorprendido, completamente congelado con esto, y también estoy feliz, pues sé con seguridad que ella ya no se encontraba bajo los efectos del alcohol cuando pasó, de lo contrario no la habría besado siquiera, y me produce felicidad saber que ella me escogió a mí como el primer hombre con el que se entregó completamente.
Tal vez esto signifique que ella sí ve un futuro para nosotros.
Pero, ¿en dónde está? No escucho nada y la puerta del baño está abierta así que no está allí, me siento en la cama y veo que sus cosas ya no están, así que me pongo de pie para ir a buscarla en la sala o la cocina, pero no hay nadie allí y no hay señal de ella en ningún lado.
Un sentimiento incómodo se posa sobre mí al pensar que se fue sin despedirse siquiera, tal vez se arrepiente de lo que pasó anoche, tal vez no fue algo tan especial para ella como lo fue para mí, este pensamiento hace que se me retuerza el estómago y vuelvo a la habitación para buscar mi teléfono y llamarla, necesito saber que ella está bien.
En mi mesita de noche junto al teléfono, hay una pequeña caja de terciopelo plateado, a su lado hay una nota con la caligrafía de Zara:
“Anoche me sentí como si estuviera en un sueño maravilloso, pero eventualmente tenemos que despertar, espero que tu despertar sea tan bueno como el mío cuando abrí los ojos y te vi a mi lado, siempre recordaré esta noche, y te envío mis mejores deseos para esta nueva etapa de tu carrera, sé que te volveré a ver algún día, por eso te quiero dar este reloj, por favor acéptalo y úsalo para contar las horas antes de que nos volvamos a ver, con amor, Zara,"
Apenas abro la caja de terciopelo me encuentro con el que probablemente es el reloj más bonito y genial que he visto en mi vida, le doy vuelta y por detrás tiene grabadas una T y una Z entrelazadas, lo vuelvo a meter en la caja y releo la nota una y otra vez.
Sé que Zara no estaba para nada feliz cuando se enteró de mi viaje a Tokyo para terminar mi carrera allí, me estuvo echando en cara por gran parte de la noche, el hecho de que yo no le hubiese contado que me iba en menos de un mes y que ella se hubiese tenido que enterar por Lucy, la novia de su hermano Joshua y una de mis mejores amigas.
Pero nunca pensé que después de lo que pasó anoche ella fuese a reaccionar de esta forma, está más que molesta, ella simplemente se resignó a que me voy y no nos vamos a volver a ver en mucho tiempo.
Sé que suena patético, pero realmente esperaba que ella me pidiera que me quedara, no que me diera sus mejores deseos y me dijera que algún día nos volveremos a ver, aunque conociendo a Zara, sé que era de esperarse esta actitud, ella no tiene un hueso romántico en su cuerpo y las pocas veces que ha mostrado vulnerabilidad han sido raras y preciadas.
Su meta siempre ha sido culminar su carrera y tomar el mando de la compañía de su familia, no hay nada que la distraiga de esto, y mucho menos un patético estudiante de programación web, sin importar que haya sido el primero en su vida.
Aunque ella siempre me ha recriminado que nunca he sido capaz de pelear por ella y por nuestra relación, que siempre me rindo fácil cuando ella se asusta y se aleja, pero no es así, cada vez que ella se aleja de mí, eso me consume por dentro, yo sólo no quería presionarla para que ella hiciera algo que no quisiera, ni que se quedara por lástima, el problema es que ella siempre interpreta las cosas de forma completamente diferente a como yo las interpreto.
Pero no esta vez, le voy a demostrar que estoy dispuesto a luchar por ella, y más aún hoy que estoy seguro de que ella también tiene sentimientos por mí, la beca en Tokyo es importante, si, pero ella es mucho más importante para mí, no me importa lo que piense su familia sobre mi situación económica, o lo que piense mi familia sobre mi carrera, ya todo lo que me importa es ella.
Me visto rápidamente y tomo la cajita conmigo, he intentado llamarla, pero su teléfono está apagado, así que decidí ir a su casa, algo que nunca había hecho antes, pero que la situación lo amerita, así su padre me saque a patadas.
-----------------------------------------------------------
Después de tres semanas de intentos de comunicación infructuosos, los cuales empezaron el día que fui a su casa y su madre me informó que ella se había ido de viaje esa misma mañana, traté de llamarla y escribirle, pero nunca me respondió.
Verificaba con Lucy para ver si ella ya había vuelto, pero aparentemente se fue de viaje por varios países y no estaban seguros en qué ciudad se encontraba actualmente, así que finalmente compré los tiquetes para Tokyo y empaqué mi maleta con el corazón pesado, sin pizca de ganas de irme, tuve unas semanas horribles y traté de distraerme en cualquier otra cosa, pero sin éxito.
Lo peor vino una semana después de que llegara a Tokyo y me enterara de la muerte de su padre en un accidente automovilístico en el que también estuvo involucrado su hermano mayor, me enteré por las noticias, pues no todos los días el gobernador de un estado fallece durante su mandato, incluso el presidente asistió al funeral.
Traté más que nunca de comunicarme con ella, pero no pude y maldije mi suerte por no tener el dinero suficiente para comprar siquiera un pasaje de avión de ida, quería desesperadamente estar a su lado durante ese horrible momento, su padre muerto y su hermano gravemente herido en el hospital.
Hice de todo para comunicarme, pero fue imposible, y luego la vi en las noticias durante el funeral, se veía tan triste y rota, las demás personas lo podrían haber interpretado como ira, por la forma en que reaccionó ante las cámaras, pero yo la conozco, sé que estaba profundamente triste y me rompió el corazón verla de esa forma sin poder hacer nada para aliviar su dolor, o al menos estar a su lado para ofrecerle consuelo.
Así que decidí que lo mejor que podía hacer para algún día tener la posibilidad de volverla a ver, era estudiar fuertemente y lograr obtener mi título para poder aplicar a un trabajo en Graham Group, la compañía de su familia, y probablemente una de las más importantes en el ámbito de la tecnología.
Me gradué con honores y tuve la posibilidad de trabajar junto a uno de los investigadores en programación web más famosos del mundo, gracias a su carta de recomendación fue realmente fácil obtener el puesto en la compañía.
Sabía que Zara trabajaba allí en algún cargo importante, había estado siguiendo sus pasos a lo largo de los años, no sólo a través de r************* , sino también en las revistas de economía, en dónde ya la perfilaban como la heredera de Graham Group con mucho potencial.
Por lo que no fue sorpresa cuando me informaron que hoy ella iba a asumir el cargo de CEO en reemplazo de su tío, es por esto que traté de llegar más temprano que la mayoría en mi primer día de trabajo, quería tener la oportunidad de hablar con ella, pensé que sería difícil poder contactarla, pero definitivamente el destino está de nuestro lado.
Cuando su mirada se posó en el reloj que siempre llevo conmigo, sus ojos se ensancharon con sorpresa y tan pronto como sus hermosos ojos verdes se posaron en los míos, vi el shock en ellos, pero también pude ver alegría y eso fue suficiente motivación para subirme en el ascensor con ella y oprimir el botón de pare, haciendo que el mismo diera una pequeña sacudida y se detuviera completamente.
Su respiración está agitada y puedo notar lo tensa que está, pero yo estoy feliz, llevo tres años esperando este momento y no pienso simplemente dejarlo pasar.
“Hola,” le digo y ella traga saliva.
“Qué haces aquí?” me pregunta en un susurro.
“Trabajo aquí,” le respondo y ella frunce el ceño, luego su mirada se dirige hacia mi pecho en donde está la escarapela con mi identificación.
“Desde cuándo?” me pregunta con incredulidad.
“Hoy es mi primer día,” le respondo con una sonrisa y ella parece completamente anonadada por un instante.
“También será mi primer día,” ella me responde y yo sonrío aún más.
“Eso escuché, felicidades, señorita presidente,” le digo y ella se sonroja visiblemente, lo cual rompe con todo mi auto control y doy un paso hacia ella, estiro mi mano y paso mi dedo pulgar sobre su mejilla sonrosada, haciendo que ella cierre los ojos por un segundo.
El sonido del interlocutor del ascensor nos sobresalta a los dos.
“Señorita Arlington, ¿está todo en orden? ¿Necesita que seguridad vaya por usted?” dice la voz desde el pequeño parlante en el teclado del ascensor y ella se sonroja aún más.
“No, no es necesario, estoy perfectamente bien, muchas gracias,” ella responde tensamente usando el intercomunicador.
“Qué crees que estás haciendo?” ella me recrimina, “Nos pueden ver por las cámaras de seguridad!”
“Lo siento, no pensé en eso,” le respondo completamente avergonzado, pues es claro que ella está mortificada en este momento al saber que alguien más estaba viendo nuestro momento.
“Claramente,” ella me responde con dureza y luego oprime nuevamente el botón para hacer que el ascensor se ponga en marcha.
“Zara, lo siento, sólo quería estar contigo a solas por un momento, no te veía desde hace muchos años,” le digo y ella me mira con el ceño fruncido.
“Si, pero no estamos a solas, ¿no es así?” me responde.
“Podemos hablar a solas en algún momento? Lejos de la compañía, por supuesto, podemos ir por un café o algo,” intento nuevamente y ella niega con la cabeza.
“No es buena idea,” ella me dice.
“Por qué no? Me dijiste que esperabas volver a verme algún día, me diste esto para que contara las horas antes de volvernos a encontrar,” le digo mostrándole el reloj.
“Fue un momento de estupidez,” ella responde sin mirarme a la cara.
“No lo fue, lo sabes tan bien como yo, ¿por qué sigues siendo tan terca? Ya lograste lo que querías, hoy por fin asumes el mando, yo terminé también mi carrera, ya no hay nada que se interponga en nuestro camino,” le digo con vehemencia y ella se muerde el labio antes de responder.
“Sí que lo hay,” ella me dice.
“Qué? ¿Piensas que te voy a distraer de tu trabajo o algo así?” le digo.
“No, nada de eso,” ella me responde.
“Entonces ¿qué?” insisto.
“Tengo novio,” me dice antes de que las puertas del ascensor se abran y ella salga apresuradamente sin decir una palabra más.