CAPÍTULO 11: EN CASA. Cuando el auto se detuvo frente a la imponente mansión, Liana sintió un nudo formarse en su garganta. Habían pasado años desde la última vez que había estado allí, y ahora, al ver la casa que una vez fue su hogar, un torrente de emociones la invadió. Su padre ya no estaba, y aunque había tratado de prepararse para ese momento, la realidad golpeaba más fuerte de lo que esperaba. Sus manos temblaron ligeramente al alcanzar la manija de la puerta, y cuando salió del auto, una ola de nostalgia la asaltó. La mansión, que antes irradiaba calidez y vida, ahora parecía fría y ajena. Caminó hacia la entrada con pasos firmes, tratando de mantener la calma, pero su mirada se desvió hacia los detalles que recordaba con cariño: la fuente donde solía jugar de niña, los árboles qu