CAPÍTULO 6: VAS A CASARTE CONMIGO.
Dos días después, Artem se encontraba frente a un edificio con más de doscientos años de antigüedad.
—Pase —dijo la monja.
Artem hizo un esfuerzo por mantener la calma mientras seguía a la mujer por los pasillos del convento. Las imágenes religiosas que colgaban de las paredes parecían juzgarlo. Finalmente, la monja lo dejó frente a una oficina donde la madre superiora lo esperaba.
—Usted está aquí para ver a Sor Liana, ¿verdad? —preguntó la madre superiora, observándolo con atención.
—Así es, madre —respondió Artem, sintiéndose fuera de lugar. Estaba en la casa de Dios, pero llevaba una Glock 17 cargada en la espalda.
—Ya es la segunda persona que viene a verla —dijo la madre superiora mientras se ponía de pie—. Está por tomar los votos en unos día
