CAPÍTULO 24: ELLA ES INTOCABLE. Artem logró alcanzarla cerca de las escaleras, la agarró del brazo con fuerza y la atrajo hacia su cuerpo. Sus respiraciones eran rápidas y entrecortadas, y la tensión entre ellos era palpable. —¿Qué demonios fue todo eso que dijiste? —gruñó. Liana se burló, levantando una ceja con desdén. —Solo estaba diciendo la verdad, Artem. ¿Te duele tanto escucharla? Él la apretó más fuerte, su cercanía despertando un deseo incontrolable en él. Su voz se volvió seductora, sus labios casi rozaron los de ella. —¿Estás celosa, Liana? —preguntó, su tono goteando arrogancia. Ella negó rápidamente, intentando salirse de su agarre. —No seas ridículo. No estoy celosa. Artem se rió, su risa fue baja y arrogante. —Te quedan bien los celos —murmuró, mientras sus manos s