CAPÍTULO 68: NO ES AMOR. «Maldito italiano... ¿Cómo te atreves a enviarle flores?» Los pensamientos de Artem rayaban en el asesinato. La furia le quemaba por dentro solo de imaginar la estúpida sonrisa arrogante de André mientras escribía la nota. ¿Qué se creía? ¿Qué unas flores iban a impresionarla? «Patético» En su opinión, él no sabía nada de Liana, nada de lo que realmente necesitaba. Y aun así, allí estaba, intentando meterse en su vida, en su territorio. No podía permitirlo. No mientras él estuviera cerca. Con la rabia acumulada, tomó el ramo y lo arrancó de la mesa. La furia se apoderó de él y lo lanzó al suelo, viendo cómo el jarrón estallaba en mil pedazos. Las flores, ahora desperdigadas por el suelo, parecían insignificantes. No importaban. Nada importaba, excepto el hecho