Mariana no quería que nadie se le acercara, pero definitivamente necesitaba ayuda hasta para bañarse, le contrataron una enfermera recomendada por el Doctor Abel Miranda. En cuanto llegó, la hicieron pasar al despacho, habló durante media hora con Marco y después subió a la habitación principal. La ayudó a bañarse, le daba los medicamentos, le ayudaba a comer o más bien la obligaba y la vigilaba. Mariana intentó pedirle ayuda, pero la trataba como retrasada mental, Marco le advirtió que le pediría ayuda para escapar y le dijo que había sufrido un secuestró y una violación. La rescataron, pero su esposa quedó un poco retrasada y confundida de la mente, porque actuaba como si aún estuviera secuestrada y que su discreción sería muy bien recompensada. Tenía ya un mes recluida en su habitación,