Tic, Tac. Tic, Tac. Tic, Tac. Por enésima vez mire el reloj, no me había dado cuenta que mis ojos se habían quedado fijos en las manecillas mirando como el segundero se movía con el pasar del tiempo. Lleve mis manos al rostro exasperada. —Pareces una adolescente—Me dije en tono bajo, siendo sincera estaba riñéndome, estaba ansiosa por mirarlo de nuevo y tan solo habían pasado cuarenta y ocho otras, en sus ojos azules había algo que me inquietaba, parecía que mi cuerpo se negaba a aceptar que era la primera vez que los veía—¿Lo habré conocido en alguna otra parte? El hombre era guapo y elegante, nadie podía negarlo sin embargo emanaba una presencia de su cuerpo que me atrajo tanto que siquiera me di cuenta que había dedicado gran parte de mi tiempo para pensar en él. Ahora comprendía q