—Señorita, creo que debería ir a darles la bienvenida—Dijo Sorine centrando sus inquisidores ojos en mí, mis dedos se movían con frenesí la pluma en mis manos mientras terminaba de escribir las instrucciones próximas de mi secretaria. — ¿Han llegado? —Mi pregunta fue más una afirmación que una pregunta, durante una semana había mantenido oculto todo lo mayor posible, para muchos fue una remodelación sorpresa y uno que otro se cuestionaba que incluso podría llegar a ser el anexo de una nueva especialidad al hospital, agradecía mucho al Dr. Nelson por mantener mis peticiones guardadas para sí mismo. —Sí, actualmente se están instalando en el quinto piso, el asistente de señor Dahlgren mando los expedientes por correo—Ella camino unos pasos e inclinándose un poco me tendió seis carpetas que