El ángel de Adriano

✔ 7. Un mes después

✔ 7. Un mes después:

Adriano Mancini:

"Ha pasado un mes, todavía estoy en proceso de adaptación a esta nueva vida, con respecto a la bodega, no ha cambiado mucho, al igual que su administración.

Gioconda y Fúlvio están callados, según Benito están tramando algo para quedarse con la herencia. Yo estoy tranquilo, nunca le pedí nada a Antonio, él simplemente tomó su decisión porque nuestra relación es como la de padre e hijo. Si yo fuera él, habría hecho lo mismo. Pero si deciden impugnar el testamento, haré lo que Antonio me pidió, lucharé hasta el final, no por la herencia, sino por cumplir su última voluntad.

A mi madrina no le ha gustado mucho el traslado a la casa grande, pero sé que pronto se adaptará.

Lo que me ha quitado el sueño últimamente es Angelina, desde que la vi en casa de Fiorella, ha estado presente en mis pensamientos y sueños.

El otro día la vi pasar por la calle, mientras tomaba un café en una cafetería, estaba sencillamente preciosa. Estoy completamente hechizado.

No sé si tengo alguna oportunidad con una mujer como ella. No vengo de una familia rica, rechazado por mi propia madre, no conozco a mi padre.

Ojalá un día tuviera la oportunidad de hablar con ella, de conocerla, de hablar de mi interés.

Creo que estoy deseando demasiado."

...

En ese momento llegó Lina.

Lina siempre estaba cerca de Adriano, él la tenía como una amiga, o una hermana menor, pero ella sentía algo por él.

Lina era la hija del almacenista de la bodega, y siempre se movía libremente por el lugar. Llegó de niña, cuando su padre fue contratado por Antônio.

La bodega tenía un viñedo gigantesco, un lugar para la producción de vino y todo lo que implicaba la producción. También tenía casas para algunos empleados, la casa principal que ahora era de Adriano. Un establo para los caballos.

Lina era cinco años menor que Adriano, desde el principio de su adolescencia sentía pasión por él. Siempre ignorada, y siempre insistiendo.

_ Adriano, te sacaste la lotería, le gustaste mucho a ese hombre.

_ No me tocó la lotería. Antonio me hizo su heredero por la relación que teníamos.

_ Lo sé. Supiste ganarte al jefe.

_ ¿Pero qué idiotez estás diciendo? Siempre he sido sincera en mi relación con Antonio, nunca he tenido interés en su dinero. Mucho menos podía imaginar que yo sería su heredero.

_ Lo sé, no supe expresarlo bien. Cambiando de tema. He venido a llamarte para dar un paseo a caballo.

_ No puedo, tengo que salir, tengo una cita en la ciudad por la tarde.

_ ¿Alguna reunión?

_ Sí.

_Adriano, ¿tienes a alguien? Quiero decir, ¿novia?

_ No. ¿Pero por qué preguntas?

_ Ahora que eres rico, habrá muchas mujeres deseándote.

_ ¿Crees que no soy capaz de conquistar a una mujer por lo que soy?

_ Claro que sí. Pero hay muchas mujeres interesadas.

_ Las hay.

_ Bueno,..., creo que deberías casarte con una mujer que ya conozcas, y no involucrarte con una snob de la alta sociedad.

_ Lina, soy yo quien debería estar preocupado, no tú.

_ Creo que es mejor que encuentres algo que hacer, y no te preocupes por lo mío.

_ Somos amigos...

_ Sí, pero estás siendo invasiva.

Adriano salió. Tenía una cita, había hecho una cita con un amigo en una pizzería con música en vivo.

_ Madrina, voy a salir, he quedado con un amigo. Cualquier problema, llámame.

_ Mí hijo, eres joven, necesitas distraerte un poco, la vida no es sólo trabajo.

Su madrina cree que trabaja demasiado, olvidando divertirse.

...

Gracias por tomar un minuto de su tiempo para leer "El ángel de Adriano."